Ryan -¡Te mataré! ¡Date por muerto!- grité totalmente fuera de mi. Luego de acompañar a Abril de regreso a su trabajo, tengo que solucionar una deuda pendiente con Michael. El maldito provocador no hizo sino aprovechar el amor de Abril hacia los animales, para jugarme una mala pasada. -Debes calmarte Ryan, no es mi culpa que se enamorara totalmente de mi. Es algo inevitable.- corría a lo largo del gimnasio.- Incluso insistí en darte consejos de amor. -¡Cállate de una vez! No puedo creer que haya estado de acuerdo con este estúpido plan. Tú, maldito degenerado estabas completamente frotándote sobre ella.-La ira estalló en mis entrañas como perdigones. -No, yo no Ryan, mi lobo. Y no puedo evitar ser encantador, por la Diosa ¿Acaso me has visto?-me lancé hacia adelante, pero logró