Megan Una vez volvimos a la casa de Jack en la manada, Jack se notaba desesperado, necesitado. No dudó en tomarme de la cintura y cargarme a la habitación. Una vez allí, me apoyó contra la puerta, presionando mi cuerpo con el suyo. Sus labios tomaron posesión del lóbulo de mi oreja, lo lamió y lo chupó enviando una descarga de electricidad que sacudió el cuerpo. Sus manos comenzaron a subir por mi cuerpo, poniendo sensible cada parte por donde estas pasaban. Todo mi cuerpo ansiaba sus caricias, pero él se dedicó a jugar con mis pezones, los estiró, para luego realizar pequeños círculos sobre ellos, mientras yo me arqueaba contra él, con tanto miedo de poder morir de placer. Aunque de ser así tampoco estaría en contra, seria una muerte muy digna. Cuando nuestros labios se encontraro