Abril. Estaba nerviosa, muy nerviosa. Hace rato mientras me encontraba con Megan dejo escapar que Ryan pensaba pedirme matrimonio. Mi primer impulso fue comenzar a toser entre una mezcla de nerviosismo y pánico. Pero una vez que lo hablamos, comprendí que quizás podría funcionar. Es decir, se suponía que el hombre era mi alma gemela. ¿Por qué entonces no aceptar?. Para ser sincera, la idea comenzaba a gustarme. El pensar que mi bebé tendría a su padre a su lado y que además íbamos a armar una nueva familia con todos los demás, era encantadora. Cuando Ryan llegó, casi entrada la noche, vi en su rostro preocupación y miedo, supuse que era por los nervios, si me preguntan, algo normal. -Conejita, hay algo importante que debo decirte.- su nerviosismo comenzó a instalarse en mi. El h