BELLA PARA EL CONCIERTO

2301 Palabras
El calor y el agua del jacuzzi me relajaron tanto que terminé rendida en mi cama. No pude recordar que tenía apagado el celular. A la mañana siguiente el trinar de las aves me despertó y el gran día para el concierto al fin había llegado. Me esperaban mis citas en el spa y el salón de belleza donde pensaba hacer válidos mis cupones mágicos. ¡Estaba sumamente emocionada! Fui al baño a lavarme la cara y cepillarme los dientes y me percaté de que ahí había dejado mi celular. Mientras me secaba la cara, encendí mi celular para revisar si había mensajes, y mi sorpresa fue que recibí muchísimos de Chris… Me sorprendió que, de haberme ignorado varios minutos, se haya vuelto tan insistente. ¡Era una locura! " Se escucha rico. Me alegro por ti. Entonces, ¿Fuiste al restaurante? Estuve ahí pero no nos cruzamos… Igual no te preocupes, me mantuvieron muy ocupado." "¿Estás molesta bella mujer encantadora? Debes verte igual de guapa enojada." ”¿No quieres hablar? Lo lamento, es que aún estaba ocupado, pero te extrañaba mucho" "No quiero dejar de conocerte, en verdad me encantaste… Sentí algo muy especial contigo" "¿Aún sigue en pie nuestro encuentro?" "Creo que te estoy molestando de nuevo, lo lamento mucho" "¡Ojalá me des una oportunidad de demostrarte que quiero algo serio contigo!" "No soy de esos tipos que se burlan de las mujeres, me repugnan… ¿Me crees, verdad?" "¿Ya no confías en mí?" "¿Qué pasó con nuestro encuentro mágico?, porque para mí fue mágico." "Buddie te extraña :-( … y yo también" Y así muchísimos mensajes… No podía creer que por solo una noche que me desconecté, fuera capaz de enloquecer a un chico que acababa de conocerme… ¿Yo podía provocar un efecto como ese?... ¡Vaya!... La verdad es que me parecía demasiado tierno, ningún chico había sufrido tanto por mi ausencia de solo unas horas, así que lo llamé inmediatamente. ―¿Hola? ¿Eres tú Chris?―hablé, tratando de escuchar lo que decían al fondo, al otro lado del teléfono. (En el fondo del teléfono de Chris) ―Señor, ya está todo listo ―gritó un hombre. ―¿Me permiten un momento?... ―dijo Chris al hombre. -Pero señor, necesitamos repetirla, no ha quedado aún… ―insistió el hombre. -¡Un minuto! ¿Sí? ¡Gracias!... ―suplicó Chris, de mala manera. Yo tuve que volver a llamar su atención, para que se diera cuenta de que estaba escuchando todo. ―¿Chris? ―repetí. ―¡Bella! ¡Qué alegría oír tu dulce voz! ¡Me preocupé mucho por ti anoche! ―respondió con una voz muy dulce. ―Lo siento… Quería contestarte pero me quedé dormida… ¿Qué es todo ese ruido? ¿Estás ocupado? ―pregunté, esperando no interrumpirlo. ―Bueno, sí… Estoy trabajando… Pero no te preocupes, dime, dime… ―dijo cortésmente. ― ¿Trabajando tan temprano?... Bueno, no te quito mucho tiempo, solo quería decirte que sigue en pie nuestra cita y que no te preocupes… ―concreté. ―¿En serio? ¡Genial! ¡Me alegra mucho!... Bueno, después platicamos, si te parece bien, porque ahora me ya me están llamando… Bye! ¡Besos y abrazos!―se despidió rápidamente. ― ¡Igualmente! ¡Bye! Al colgar la llamada, me preguntaba qué clase de trabajo tendría Chris donde lo explotaban tanto, haciéndolo ir tan temprano. Pero en lugar de llenar mi cabeza con preguntas, decidí solamente disfrutar de mi día de belleza, ya que me esperaba una noche increíble. Primero fui a desayunar elegantemente en el restaurante, pedí unos waffles y un brownie con café caliente, también un poco de fruta y un vaso de jugo. ¡Lo sé! ¡Lo sé! ¡Ese viaje me estaba engordando! Pero si soy honesta, soy de las que les importa muy poco cuidar la línea, así que solo me dediqué a sentir el placer en mi boca, sin albur :D Fui a buscar ropa cómoda para ir primero al spa. Aquí entre nos, ¡nunca había ido a uno!... Ni siquiera sabía qué te hacían ahí, así que tontamente, llevé un par de toallas enrolladas conmigo. Creo que las señoritas se rieron de mí, pero, en fin, de alguna forma se aprende. Primero, me dieron una bata de baño muy suavecita que olía a hierbas, y me indicaron que debería quitarme la ropa y ponerme la bata. Me acostaron en una cómoda camilla y empezaron haciéndome un tratamiento facial. Al principio me ardía, pero en los siguientes pasos era como estar en la gloria. Te ponen muchas sustancias de diferentes texturas en la piel, pero debo confesar que todas huelen delicioso. Mientras dejaban reposar un tratamiento de algas marinas en mi cara, las señoritas comenzaron a trabajar en mi cuerpo. Primero me hicieron depilación completa, y cuando digo completa, es porque me refiero a todos los vellitos del cuerpo. En muchas zonas no me dolía, pero en ciertas zonas ¡quería llorar! Luego del tormento, llega la calma. Para calmar mi piel, me colocaron un gel delicioso, que en conjunto con la música de naturaleza del fondo, sólo podía relajarme y disfrutarlo. Después llegó el momento de los masajes y las rodajas de pepino frío en los ojos. Me sirvieron una piña colada y el resto es historia. La sensación era la mejor experiencia que había vivido. Todos mis músculos se habían relajado y parecía que la palabra "preocupación" no llevaba mi nombre escrito. ¡En serio! Podría quedarme a vivir ahí para siempre. Pero todo lo bello tiene un fin, y había llegado el momento de ir a comer algo y después ir al salón. Creo que en ese momento en la hora de la comida, yo era la única mujer que no llevaba maquillaje, que tenía una banda de toalla en la cabeza y una cara tan humectada que parecía que estaba sudando en lugar de tener frío. Pero, aún así, yo tenía la esperanza de que Chris se acercara a comer a la misma hora que yo y encontrarnos de nuevo "por casualidad", como cosa del destino. Sin embargo, Chris aún no me escribía nada, lo que significaba que todavía estaba trabajando… De repente escuché a una parvada de chicas gritando como locas en la recepción del hotel. Volteé de reojo, pero solo alcancé a ver una silueta de un hombre musculoso en playera, y varias chicas abrazándolo y tirando de su ropa. ¡A veces me sorprende la locura de algunas fans! Quizás yo admire mucho a Andrés Boticelli, pero si lo llegará a ver por la calle, no me comportaría como ellas. Pero, bueno… Aparentemente, en esa ciudad era muy común encontrarse con las estrellas. De pronto recordé que yo tendría una entrevista ese día en ese lugar, por lo que apenas me daba tiempo de ir al salón de belleza y ponerme mi vestido multiusos. Me apresuré a comer y beber mi limonada, esa tarde disfruté de un rico pollo a las brasas con ensalada. Ya estaba lista para ir al salón de belleza. De pronto no sabía dónde estaba, fui al elevador y pregunté a una mujer que estaba ahí, vi que era la misma del staff que me había llevado desde el aeropuerto. ―Disculpe, ¿Sabe cómo puedo llegar al salón de belleza de este hotel? ―le pregunté, tocando su hombro, mirándola de espaldas. ―¡Señorita Bella! ¡Es usted! Justo estábamos pensando en llamarla para saber si estaba todo bien en su estancia… ¿va al salón de belleza ahora? Bien, solo sube esas escaleras eléctricas y verá que pasando un jardín comienzan algunos negocios dentro del hotel, es el área comercial, ahí estará el salón, pero dése prisa y no olvide su cupón… Voy por usted a su habitación en dos horas exactamente… ―indicó la señorita del staff. Le di las gracias y me apresuré, dos horas era muy poco tiempo para estar lista y además ponerme el supuesto vestido. Llegué al salón de belleza y hablé con los estilistas. ―¡Tengo un importante evento está noche! ¿Creen que puedan tenerme lista en una hora? ―supliqué. ―¿Tiene cita? ―preguntó el estilista y me puso nerviosa. ― No, pero tengo este cupón… ―se lo mostré esperanzada. ―¡Un cupón VIP! ¡Excelente! Y como clienta VIP sí la tendremos lista si trabajamos todos, tiene suerte, a esta hora de la comida no tenemos clientes, así que… ¡Pedicure! ¡Manicure! ¡Vengan!.... ¿Va a querer tinte también? ―se emocionó el estilista. ―No, porque nos llevaría mucho tiempo, además me gusta mi cabello n***o, largo… ―aclaré. ―Perfecto, entonces solo le arreglaré las puntas para comenzar a planchar su cabello.. Por favor quítese sus zapatos… Para que está señorita comience a hacerle pedicure… Y ponga su mano aquí para la manicura… Déjeme ponerle esta capa y manos a la obra…. ¿Qué tipo de evento es? Veo que tiene su cara muy hidratada, eso nos ahorrará tiempo… ―preguntaba el estilista. ―Sí, es que acabo de salir del spa… Es un concierto navideño pero después habrá una fiesta VIP, supongo que habrá gente importante en esa fiesta… Llevaré un vestido muy sexy, por cierto, pero es de tirantitos… No me gustan mucho porque se ve como muy tipo… ropa interior, jajaja, creen que si los corto, el vestido se me caiga?... ―pedí asesoría. ―Tengo una mejor idea, porque no unes los tirantes por la espalda o el cuello, eso le dará un estilo mucho más elegante… En algunos vestidos se puede hacer si los tirantes se pueden alargar… Mira, toma este prendedor, tiene algunos diamantes de fantasía, pero se vería muy bonito uniendo los tirantes de tu vestido… ―me obsequió el prendedor. ―¡Qué buena idea! ¡Muchas gracias! El estilista que se encargaba de mi cabello y maquillaje. Primero alació mi cabello con una plancha, luego me hizo unos rizos con una tenaza. Y, para que no perdieran la forma, colocó unos tubos térmicos en todo mi cabello. Mientras tanto, empezó a encargarse de la belleza de mi rostro. Sé que le dije que llevaría un vestido sexy, pero el maquillaje no se quedó atrás. Me colocó todos los productos necesarios para resaltar mis facciones, como contorno e iluminador. Mis labios se veían mucho más gruesos con el tono rosa que eligió, era un hermoso tono entre fucsia y rosa palo… Destacaba mis labios pero al mismo tiempo se veían naturales, y eso me gustaba. Luego delineó mis cejas, haciéndolas ver más llenas, pero delicadas, con un tono café claro que me daba más luz al rostro. Considerando que mi cabello es muy n***o, no creí que ese tono café en mis cejas se viera tan bien, pero, definitivamente mucho mejor que el n***o o el café oscuro… Después, las sombras. Hizo una preciosa combinación entre un rosa metálico y tonos negros, grises y cafés… el rosa metálico destacaba mi párpado móvil y los otros tonos le daban profundidad a la cuenca. Hacían que el ojo se me viera muy grande… También me hizo un precioso delineado de gato, pero lo difuminó muy bien con las sombras, haciéndolo casi imperceptible, pero aún aportando esa fuerza sensual a mi mirada. Para terminar me puso unas pestañas postizas, de esas que van creciendo hacia afuera, y ¡Wow! ¡No podía creer que esa chica era yo! ¡Parecía una modelo! Solo faltaba el cabello, me desató los tubos y les pasó un tiempo la secadora caliente, lo que les daba más volumen y suavidad a las ondas. ¡Era increíble! Tenía un peinado glamouroso típico de una diva… Les dí las gracias y me fui corriendo a cambiarme, porque ya solo me quedaba media hora… Ya estando en mi cuarto, me saqué la ropa a toda prisa, me puse un brasier nude tipo straples y seguí la sugerencia del estilista. Me puse aquél baby doll fucsia con tirantes negros, y como no alcanzaba a unirlos en la espalda, los uní detrás de mi cuello. La verdad sí me dio un toque más elegante, parecía un cuello tipo halter… Acomodé los tirantes de la prenda de forma que le quedaran bien y luego me puse la falda y los zapatos de tacón negros. Me apresuré a ponerme mi gargantilla de fantasía, con unos pequeños diamantes blancos y unos grandes cristales tornasol. En ese momento tocaron a mi puerta, y yo salí a abrir aún poniéndome un arete en el oído, que era juego de la gargantilla. ―¡Hola! Ya estoy lista, solo tomo mi bolso… Espere un momento… ―le confesé a la señorita del staff. ―¡Qué guapa! Bien, ya están todos esperándote… ―advirtió la señorita. Me puse mi otro arete, mi brazalete y agarré mi bolsita negra con todo lo necesario, mi pasaporte, mi visa, la llave del hotel, mi celular y mis comprobantes del viaje… Y salí deprisa… ya estaba cerrando cuando la mujer del staff me recordó a tiempo, algo que estaba olvidando… ―¿No llevarás tu abrigo? ¿Allá afuera hace demasiado frío?―reconoció a tiempo. ―¡Oh, es verdad! ―volví a abrir. Pero, como no tenía abrigo, solo tomé un saco n***o y lo llevé en mi brazo. Y bajamos el ascensor. ―¿Estás emocionada? ¿Nerviosa? ―preguntó la mujer del staff en el elevador. ―¡Mucho! ¡En verdad! ―comencé a temblar. La gran noche estaba por comenzar, quería saber cómo sería el invitado sorpresa, qué cosas me preguntarían en la entrevista y qué aventuras me esperarían esa noche.
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