Madadada

1287 Palabras
David  No sé como le hizo mi padre, pero las personas que vendían la casa de mis sueños aceptaron nuestra primera oferta sin negociar ni un sólo euro. Eso es algo que le admiro a mi papá, su capacidad de cerrar tratos y hacer negocios. Él siempre me decía que Tristán era quién los atrapaba con su carisma y mi padre el que cerraba los tratos con su experiencia y entre los dos hacía un equipo y aún lo hacen, aunque Tristán esté lejos sigue dirigiendo la empresa desde México, aunque él dice que ya está retirado… ese hombre jamás lo hará, le gusta sentirse activo, yo creo que es su secreto para jamás envejecer.  Así, con un fuerte trato y una habilidad sorprendente, Sila, Luz y yo obtuvimos nuestra primera casa y digo nuestra primera porque trabajaré todo lo que pueda para poder darle a mi familia otra más grande y más bonita, con un jardín como el que ella tenía en Ibiza donde nuestros hijos podrán jugar, pero por lo mientras ya tenemos una.  Entonces con toda la emoción del mundo y con mi hija entre mis brazos, abro el ordenador para hacer la videollamada de todas las noches, donde platico con mi hermosa esposa que no para de hacer los preparativos para la boda de su hermana.  ―¡Mi amor!  ―¡Ma! ― Grita Sila y enseguida se hace para adelante para tocar la pantalla.  ―Ya entiendo, Da es papá, Ma es mamá.― Le digo asombrado.  ―Mi amor ¿cómo te va?― Me pregunta Luz emocionada.  ―Nos va bien, contando los días para volverte a ver y tú.  ―¡Hola David! ― Escucho la voz de María Julia al fondo y luego se acerca a ver a Sila―¡Bebé! Hola ¿te estás portando bien?  Sila se ríe y toca la pantalla emocionada por ver a tu tía, al parecer ella piensa que están ahí, delante de ella.  ―Estamos haciendo “recuerditos” resulta que Ximena “Cositas” dijo que sería bonito tener recuerdos de la boda de María Julia y nos puso ha hacer estas canastitas con chocolates. ― Y me las enseña.  ―¡Fa! ― Grita Sila y me ve.  ―No amor, chocolate quedó prohibido para ti, por ahora.  ―¿También chocolate? ¿Qué comerá de dulce?― Se queja Luz.  ―Supongo que hasta que no estemos seguros de a qué le tiene alergia no sabremos, en fin, mi llamada es para contarte que… ¡Ya tenemos casa!  ―¿Lograste rentarla? ― Pregunta emocionada.  ―Sí.― Miento.  ―¡Me encanta! ―Cuando regresemos, ya estará listo y podremos acomodarlo y decorarlo a nuestro antojo.  ―Qué bien, tengo cientos de fotos para decorar, me gustó la pared del corredor para montarlas ahí ¿te parece?  ―Lo que tu gustes amor.― Respondo emocionado y viendo el hermoso rostro de Luz iluminando.  ―¿Tendrán cuarto de visitas para ir a verlos? ― Escucho a María Julia.  ―No seas chismosa María Julia.  Y yo me río, definitivamente estoy enamorado de la familia de mi mujer.  ―Sí, tenemos uno.  ―Nice, para que les envíe a Sabina en mi luna de miel.  ―¿Tendrás luna de Miel? Ni siquiera yo tuve luna de miel.― Reclama Luz.  ―¡Vamos! Señorita viajo por México todo el año.― Contesta.  Sila comienza a reír divertida ante el momento Ruíz de Con que estamos viendo y ahora si, como Madame Estuche me dijo en Tepoztlán, deseo que Sila tenga hermanas para discutir así.  ―¿Me dejas platicar con mi marido? ― Le reclama.  ―¡Adiós Picaflor! ― Grita María Julia y sale de la cámara.  ―¡Adiós! ― Contesto.  ―¿En qué estábamos? ― Me pregunta y yo simplemente sonrío.  ―Mañana dejaré a Sila con mis padres porque iré a mi primer turno de trabajo, la recogeré por la noche así que nuestro horario de videollamadas tendrá que ser otro.  ―¿A que hora?  ―Serán las diez de la noche acá, como a las seis de la tarde de allá.  ―Vale, estaré puntual esperando por ti y por mi hija, los extraño demasiado.  ―Y yo a ti, extraño tus labios y todo lo atado a ellos.  Awwwwwwwww se escucha a Julie y Luz se sonroja por completo. ―Ya entiendo porque es irresistible tu marido.  ―¡Julie! ― Murmura Luz y yo me río― la próxima vez me iré a la habitación.  Uhhhhhh la habitación  ―Mejor no digas nada… mejor lo hacemos― murmuro y ella se sonroja.  ―Mientras estés allá trata de que Sila conviva con sus abuelos paternos ¿si? Sé que te cuesta estar con tu padre pero… ―No, ya no es tan difícil, creo que he tenido avances bastante grandes en estos días aquí, mi padre está muy cambiado, más de lo que yo pensé, me dijo que quiere ser mejor abuelo que padre y le creo.  ―Todos los padres quieren ser mejores abuelos, y eso es lindo mi amor.  ―Lo sé.  La sonrisa de Luz ilumina la pantalla y me entran unas ganas enormes de besarla y abrazarla, jamás pensé que extrañaría tanto a una mujer como lo hago con ella.  ―Luz… he estado pensando ¿recuerdas esa idea de tener un viaje por el interior de España así como lo tuvimos con México?  ―Lo hago.  ―¿Qué te parece si lo hacemos brevemente como una pequeña Luna de miel?  ―¿Los tres?  ―Los dos. Dejamos a Sila con sus abuelos y nos vamos tú y yo, juntos ¿te parece?  ―Me encanta la idea, lo único malo es que en España hará mucho frío, así que no me imagino una Luna de miel en la playa.  ―¿Quién dijo que sería en invierno? ― Contesto coqueto.  ―Entonces, sí y ¿por qué no? Tal vez podamos empezar el proyecto “haciendo un canarias”― Murmura.  ―¿Así lo llamaremos? Me encanta. ―¿Qué te parece mi Sila? ¿Quieres un hermanito?  Sila sonríe frente a la cámara y luego le muestra a “bebé” para que Luz le dé un beso.  Muak hace fingiendo que la besa.  ―Estoy emocionado por este nuevo proyecto de “hacer un Canarias” nada me haría más feliz que tener otro hijo contigo Luz Ruíz de Con.  ¡Demasiada información! Grita María Julia.  ―Me voy, porque si me quedo en esta videollamada seré una Ruíz de Con tras las rejas de un penal―bromea― te amo.  ―Yo te amo más, Sila, despídete de mamá… dile “Adiós mamá, te extraño”  ―¡Madadada! ― Grita. ―Eso es “te quiero” en idioma Sila.― Interpreto.  ―Madadada yo también Sila… Madadada mi amor.  ―Madadada mi Luz, ya pronto estaré ahí para abrazarte ¡Adiós María Julia! ― Grito.  ¡Madadada picaflor! ―Dios… me voy, te amo.― Dice Luz y después de lanzarme un beso apaga la cámara.  ―¡Ma! ― Grita Sila.  ―Ma ya se fue… pero Da se queda contigo―y la abrazo―¿me ayudas a mantener el secreto de que la casa es comprada y no rentada?  Sila bosteza y sé que es hora de irnos a dormir. Ella se abraza a la muñeca y luego se acomoda sobre mi pecho.  ―Madadada hija.― Le murmuro y luego me levanto para llevarla a la cama. 
Lectura gratis para nuevos usuarios
Escanee para descargar la aplicación
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Autor
  • chap_listÍndice
  • likeAÑADIR