Con los ojos llenos de lágrimas, salgo del closet y la habitación con la carta en la mano. Corro por el pasillo para luego bajar las escaleras en busca de mi tío, lo encuentro el salón y noto que se alarma cuando me observa por lo que cuelga la llamada. - ¿Qué sucede? – pregunta alarmado - Papá – digo mostrándole la carta y él sonríe – me acaba de hablar. - Yo pedí que la colocaran allí – responde abrazándome – la encontré unos días después de que tú madre se fuera, la he guardado todos estos años esperando que vinieras a esta casa para dártela. - Gracias tío – lo abrazo y él a mí. - Tu padre te amo con su vida, recuérdalo siempre – besa mi mejilla – encontré a tu esposo – me apartó de él rápidamente observándolo. -