ALEJANDRO Después de hablar con mi padre, regresé a los talleres, Sofía no cabía de la emoción, dice que mi madre le ofreció un puesto de residente, Sofía estaba muy emocionada, le dije que se lo merece, ella es la mejor. Todos los ingenieros se han ido, solo quedamos ella y yo, me sigue platicando con ilusión sobre las residencias que hará en la empresa. – Mi belito se pondrá muy feliz – dice Sofía alegremente, me acerco y le doy un beso – ¿Quieres que te muestre el taller de residentes? – pregunto y ella me mira curiosa – ¿Se puede? - pregunta y asiento, la tomo de la mano y la llevo conmigo, llegamos al taller que usan los residentes, abro la puerta y la hago pasar, ella entra y mira las maquinas – ¡Es enorme! – dice admirando el lugar – Y ya recordé donde vi a tu belito – digo y