ALEJANDRO
Reviso unos contratos, pero sonrío al recordar a SofÍa, la amo demasiado, es una mujer muy inteligente, debo decir que esa cualidad la hace ser mucho mas sexy.
Además de darme su corazón, ella me entrega su cuerpo con amor y sin reservas, yo jamás había sentido lo que ella me hace vivir cada que la tengo en mis brazos.
Ahora entiendo la diferencia entre el sexo y el amor, aunque he estado con muchas, ninguna, ni siquiera Carolina había logrado despertar en mi lo que Sofía provoca cuando me pierdo en su hermoso cuerpo.
– Alejandro – dice mi padre tras la puerta de mi oficina, me levanto y le abro, está serio, lo invito a pasar y lo hace
– Siéntate Papá – digo y se sienta, lo hago frente a el, parece que algo grave pasa
– ¿Está todo bien? – pregunto y el me mira fijamente
