— Te lo vuelvo a repetir…— Me limpié los mocos. — Vi los mismos ojos que tenía esa cosa, Pao… No miento. — Me acurruqué más en su cama. — No dije que lo hicieras. — Besó mis cabellos. — Te creo, Mema. — Eso era un verdadero alivio. — ¿De verdad? — Ella asintió. — ¿No crees que me volví loca? — Ay, no. — Ella me sonrió. — Desde que nos conocimos me fui dando cuenta que este tipo de cosas que no se entendían fácilmente eran cosas comunes en tu vida, no por eso estás loca. — ¿Qué significa, entonces? — Me limpié la cara. — No lo sé, Jake es el que sabe de eso… No sé qué tanto hace que no vuelve. — Volvió a ver su reloj. — Lo mataré si no llega en un minuto. — Tal vez me está comprando algo de camino…— Entonces, recibió la llamada. — Es de Adrián. —