El mercado no era muy amplio y las empresas del Grupo KM y del Grupo Remy chocaban a menudo, lo que las convertía en rivales en muchos negocios.
Al oír estas palabras, Anneli salió corriendo.
Ella miró con enojo al abuelo Paul, quien, sostenido por Claude y con una mano agarrando un bastón, estaba parado justo afuera de la sala de conferencias de la oficina del presidente.
Marceau, sentado en una silla de ruedas, estaba rodeado por un grupo de altos ejecutivos de KM Group, quienes permanecieron en silencio, aparentemente demasiado aturdidos para hablar.
Evidentemente, no habían previsto que su presidente sería la oveja negra de la familia Remy.
—¿Por qué estás aquí? —La atención de Marceau se dirigió a Anneli casi inmediatamente después de abrirse el ascensor.
Su cabell
