*Anneli* Finalmente comprendí lo que me tenía inquieto. Sentí que una espina me atravesaba el corazón. Era tolerable a menos que me molestara, pero su realidad me trajo dolorosos recordatorios. Las llamadas fallidas a Marceau de repente cobraron sentido para mí. “Anneli…”Georgette me miró con preocupación. —Estoy bien —le devolví la sonrisa a Georgette, pero por dentro sentía como si algo me hubiera perforado el corazón. Dos segundos después, añadí casi para mí misma—: Además, él y yo estamos... La relación entre nosotros no era la típica de una pareja casada. No estaba en posición de enojarme por su intimidad con otra mujer. —Señoritas, los que pelearon con ustedes se han ido. ¿Piensan pasar la noche en nuestra oficina? —El oficial me miró—. Recuerdo que en su pe


