Los fuegos artificiales estallaron, pintando el cielo de color. En el aire brillaban las palabras "Feliz cumpleaños, hermosa Anneli". Los turistas que los rodeaban estaban emocionados. ¡Guau! Mira eso, es tan romántico". "Alguien está recibiendo un deseo de cumpleaños". “Feliz cumpleaños, señorita." “Que vivan una larga y feliz vida juntos”. “Espero que tengan un bebé pronto”. “Que envejezcan juntos." Tales bendiciones se repitieron una y otra vez. Anneli, en voz baja, preguntó: "¿Por qué estás haciendo un gran alboroto por esto? Nadie nunca ha hecho un gran alboroto por esto". Ella se sentía muy emocionada. Marceau había discutido con el equipo de planificación planes aún más elaborados. Este era, en realidad, el menos extravagante. “Si realmente quis


