Louis, que había sido cuidado por sus compañeros mayores desde la infancia, nunca había sentido una presión tan intensa por parte de Marceau, la más reservada de ellos. Por un momento, su mente se quedó en blanco. "Mi instinto me dice que algo anda mal", dijo. Después de pensarlo un rato, Louis agregó: "Me sentí extraño cuando me pediste que te acompañara a ver a Anneli en el cumpleaños de mi madre". Marceau dejó escapar una risa suave y tomó su vaso para beber. Louis también tomó un sorbo. "Y el día que te fuiste, me di cuenta de que Anneli no llevaba la horquilla que le había regalado". La mirada de Marceau se elevó hacia Louis. Después de beber, los ojos de Marceau se volvieron profundos y brillantes, como si pudiera ver a través de los corazones de las personas. "¿Empe


