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Sigue las historias de Alice y Julia luego de "Entonces hagámoslo"

En esta novela corta daremos un vistazo al futuro de Alice, que luchará con los conflictos de su pasado para salvar la familia que ha creado con Will, y Julia, la amiga loca, que tendrá un giro de ciento ochenta grados en su vida, aprendiendo de su nueva relación y maternidad.

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Alice y Will parte 1
Un año después de la boda de Lex y Connor.... Alice y Will No... ¡¡Nooo....Noah!!! Poco a poco veo como se aleja en sus brazos y no logro alcanzarlo. No...por favor...devuélvemelo. -¡Noooaaahhh! -Corro hacia él pero una niebla comienza a aparecer dificultando mi vista. Mi cuerpo se sacude y cierro mis ojos al sentir unos brazos aprisionando. Despierto asustada. Todo está oscuro, trato de enfocar la vista, Will está sobre mí mirándome asustado. Mi pecho sube y baja rápidamente y mi corazón parece bombear a mil por hora. - Alice...tranquila. - Susurra Will. Mi cabeza queda en blanco por unos segundos hasta que recuerdo la pesadilla. - Noah.. - Me levanto como un torbellino y corro a la habitación de mi hijo. - ¡Alice! - Grita Will. Entro apresurada y me acerco a la cuna. Mi bebé duerme plácidamente en su cuna apretando su ranita de peluche. Suspiro aliviada y dejo caer mis hombros. - Alice... - Will se acerca lentamente y abraza mi cintura. - ¿Estás bien? - Si...lo siento. Tuve otra pesadilla. - Asiente pensativo. - Lamento haberte despertado. - No me importa. - Besa mi cuello y me suelta. - Pero...creo que deberías considerar mi propuesta. - Lo fulmino con la mirada y él carraspea. - No estoy loca. - Digo molesta. - Nunca dije que lo estuvieras pero desde hace meses tienes estas pesadillas y me preocupa. - Solo son pesadillas. - Digo mirando a Noah. - No son solo pesadillas, apenas duermes por la noche y Noah te mantiene activa durante todo el día, además de todo el trabajo que te está dando el local...deberías contratar a alguien que te ayude. - Lo haría si pudiera... - Puedes hacerlo... - No gano lo suficiente para contratar a alguien más. - Esa no es excusa, sabes que yo te daría el dinero. - Es que no quiero tu dinero. Cuando decidí vivir contigo acordamos que yo me haría cargo de mis gastos y los de Noah. - Lo sé y de verdad no entiendo por qué esa tonta condición. Sabes que puedo mantenerlos a ambos. No sería necesario que trabajaras, podrías estar más tiempo en casa y descansar más. - Ya lo hablamos muchas veces...no quiero ser mantenida. - Pero Alice... - Se terminó esta discusión. - Doy un beso a Noah y vuelvo a nuestra habitación. Voy al baño a refrescarme un poco, mojo mi cuello y suspiro cansada. Sé que Will se preocupa por mí, pero voy a estar bien. No es nada que unas horas de sueño no resuelva. Además no hay tanto trabajo en el local, al contrario, desearía que hubiera más clientas. Cuando le comenté a Will la idea de abrir un local de ropa con mis diseños estuvo algo molesto. Me repitió hasta el cansancio que no era necesario que trabajara, él podía mantenernos perfectamente y sé que es así. Su trabajo le da muy buenas ganancias, buenísimas a decir verdad pero la necesidad de independizarme pudo más. Necesitaba ganar mi propio dinero con sudor y esfuerzo. Aunque si requerí un poco de ayuda. Connor apoyó completamente mi decisión y me dio un pequeño préstamo para abrir mi propio local. Aunque aún me queda mucho por pagar, estoy agradecida de que me apoyara con esto. - Alice. - Will esté apoyado contra el marco de la puerta. - De verdad no quiero discutir Will, estoy cansada. - Lo sé, no quiero hablar del local. - Suspiro frustrada y vuelvo al cuarto. - No pienso ir con el loquero amigo tuyo. - Podrías por lo menos considerarlo, te ayudaría hablar con alguien ya que no quieres hacerlo conmigo. - Su voz suena bastante ofendida. Me gustaría hacerlo, pero solo el hecho de volver a esos momentos me aterra. Me meto bajo las mantas y lo miro. - Ya lo consideré y mi respuesta es no. No estoy loca, son solo unas malditas pesadillas... - Estiro mi brazo y apago la luz de mi lámpara. - Se irán con el tiempo. Él suspira y se recuesta junto a mí. Se apoya en un brazo y me mira fijamente. - Podrías solo considerar ir a una cita ¿solo una? - Besa mi cuello y sonrió al sentir cosquillas. - ¿Si? Solo una - Recorre todo mi cuello y mandíbula hasta llegar a mis labios. Los muerde y besa causándome más risas. - Will...- Su mano sube por mi cintura pellizcándome levemente. No aguanto más y suelto una carcajada. Él sonríe y sigue torturándome. - Dime lo que quiero oír... - Terminó en un ataque de risas golpeando mis manos. Will ríe y sigue con su tortura. - Vamos, dilo. - ¡Está bien, está bien iré, iré lo juro! - Su ataque para y lo fulmino al ver su sonrisa de victoria. - Esto no se va a quedar así... - Me trepo sobre él y lo golpeo suavemente. - ¿Y qué harás? - Pregunta coqueto. - Mmm... - Sonrió perversamente y él también. Envuelve sus manos en mi cintura y me atrae a sus labios. - Ya sé lo que haré. - Murmuro entre besos. ---------------------------------------------- La maldita alarma suena a las siete en punto y gimo molesta por la interrupción de mi sueño. Will murmura y me acerca más a él. Suspiro cansada y quito su brazo de mi cintura. En cualquier momento Noah se va a despertar y necesito preparar su biberón. Así que me levanto y estiro. - Ven... - Murmura Will dormido. Sonrío al verlo estirar su brazo. Dios...que hice para merecer un hombre tan sexy. Soy una maldita afortunada. La imagen que veo es de lo más caliente, está completamente estirado en la cama apenas cubierto por la sábana. - La tentación de tumbarse cinco minutos más es fuerte. - Él sonríe. - Entonces túmbate. - Golpea el espacio a su lado. - No puedo. - Me acerco y beso su mejilla. - Y levántate que en dos horas tienes la cita con Alexa y mi hermano. - Aggg no me lo recuerdes. No entiendo porqué Alexa no busca otro especialista si a tu hermano le molesta tanto que la atienda yo. - Lo hace para provocarlo, le encanta molestarlo. - Si bueno, me alegra que le divierta pero el que se gana el odio de tu hermano soy yo. - El no te odia. - Will abre sus ojos y gruñe. - Si claro, solo tiene el deseo de destriparme cuando me ve. Pero no me odia. - Rió bajito y me acerco. - Bueno...tal vez te odie un poquito. - Me voy riendo con la mirada asesina de Will a mis espaldas. Cuando entro en el cuarto de Noah lo veo parado apoyándose en la cuna con una sonrisa que ilumina su rostro al verme. - ¿Cómo amaneció mi príncipe? - Me muestra sus dientitos y levanta sus bracitos. - Ven aquí. Besuqueo toda su cara y lo aprieto contra mi pecho aunque enseguida lo suelto ya que comienza a quejarse. - ¿Tienes hambre?, vamos por tu biberón. - Bajamos a la cocina y en cuanto pongo a calentar la leche el timbre suena. Noah me mira frunciendo el ceño y yo miro hacia la puerta. - ¿Quién será a esta hora? - Corro a abrir por sí es una emergencia y lo que veo del otro lado me deja algo impactada. - ¡¿JULIA QUÉ DEMONIOS?! - Grito. - ¡¡HOLA!! - Sus brazos me envuelven y me aprietan. Me alejo de sus brazos y la empujo dentro cerrando la puerta bastante fuerte. - ¡¿Se puede saber que haces en mi casa a esta hora y vestida así?! - Ella se mira y encoge sus hombros. - ¿Que tiene de malo mi ropa? - Pregunta inocente. - ¡Tienes puesto un babydoll casi transparente! ¿Estás loca, cómo se te ocurre salir así a la calle? - Sonríe y me quita a Noah. - Es culpa de Phill, estábamos teniendo una excitante mañana hasta que lo llamaron del hospital por una emergencia y como estaba aburrida decidí venir a desayunar con ustedes. - Eso lo entiendo pero ¿no podrías haberte cambiado primero? - No es para tanto, además tengo cubierto todo lo necesario. - Noah aplaude y Julia le hace cosquillas. - Un día de estos me vas a dar un infarto. Déjame buscarte algo de ropa. - No es necesario, estoy bien. - ¡No, te vas a poner lo que te traiga! ¿Olvidas que Will vive aquí? - No, pero solo tiene ojitos para ti así que... - Juro que voy a matarte un día de estos. - No lo harás. - Noah comienza a inquietarse y Julia lo baja. Desde que empezó a caminar se ha vuelto un infierno, tenemos que vigilarlo cada segundo que esté en el suelo. - No estés tan segura. - No lo harás porque me amas demasiado. - Suelto una carcajada y los dejo jugando en la sala mientras voy por algo de ropa. - Puedes apostarlo. - Susurro. Will está saliendo del baño con una toalla envuelta en su cintura cuando entro a nuestro dormitorio. Me mira con picardía tentándome. - Supongo que Julia decidió desayunar con nosotros. - Dice mientras busca una camisa. - Si, apareció vestida con un babydoll en la puerta. - Él ríe y niega con su cabeza. - ¡Un puto babydoll ¿puedes creerlo?! - Lo creo, de Julia creo todo. - Ahh es como un niño. - Lo es y a ti te encanta. - Tienes razón. - Me decido por unos jeans simples de tiro alto, un top estilo cincuentas y un par de sandalias. - Voy a llevarle esto antes de que traume a mi hijo. Bajo y no me sorprendo al verlos tirados peleándose. - Aquí tienes. - Le dejo la ropa en el sofá y levanto a Noah. - Usted jovencito tiene que desayunar y tú vístete antes de que baje Will. - Sí mamá. - Contesta Julia. Baja las tiras de su ropa interior delante de mí y me doy vuelta volviendo a la cocina antes de que mi hijo se traume. Quito la leche del fuego y la coloco en el biberón. Noah mira embobado su comida y estira su manito para tomar la botella. Lo dejo en su sillita con si biberón y decido preparar unas tortitas. Me encantan, creo que podría comerlas todo el día y no me cansaría. - Listo. - Me volteo y Julia desfila como toda un modelo de victoria's secret por mi cocina. - Me veo sexy. - Demasiado sexy, vuelve a ponerte el babydoll. - Soltamos una carcajada. - ¿Así que Phill tuvo una emergencia? - Si. - Suspira y se sienta junto a Noah. - Me gustaría pasar más tiempo con él ¿sabes? Entiendo todo eso de tener que salvar vidas, es su profesión ¿no? Pero a veces... - Me mira con ojos brillosos. - me siento tan sola. - ¿Hablaste con él sobre esto? - No y no me animo a decirle nada. - ¿Por qué no? - Porque es su trabajo, le encanta y seguro que si saco el tema pensará que lo obligo a elegir entre su trabajo y yo. - Sinceramente no creo que eso pase. Phill es una persona maravillosa y está muy enamorado de tí. Deberías confiar más en él. Como tu mejor amiguis del alma te aconsejo que hables con él. - No sé... - Solo dile que te gustaría pasar más tiempo con él. Así de simple. - Para ti es simple. - Will hace acto de presencia en ese momento y ambas callamos. - ¿Qué estaban cuchicheando? - Nada. - Pongo un par de tortitas en un plato y se lo tiendo. - Gracias. - Besa mi mejilla y se sienta a desayunar. - ¿Cómo está Phill? - Pregunta. - Genial. - Dice Julia con la mirada perdida en su plato. Me mira sin entender y le hago una seña de "después te explico". Asiente y sigue con su desayuno. - Mamá. - Noah me tiene su biberón vacío. - Pero qué niño más bueno, se tomó toda su leche. - Digo con voz chistosa. Will aplaude y Julia sonríe. Lo saco de su sillita y lo acomodo en mi cadera. - Voy a vestirlo. - Miro a Will. - Avísame cuando te vayas. ¿Vas a llegar tarde? - Tengo algunas consultas y un par de cesáreas pero a menos que algo se complique a las cuatro estoy aquí. - Genial, te quiero. - Grito saliendo de la cocina. Julia me sigue y subimos al cuarto de mi hijo. - Tal vez deba darnos un tiempo. - Suelta Julia, volviendo al tema de Phill. - ¿Estás loca o qué te pasa? - Le digo indignada. - Es que...no sé qué hacer. - Y una mierda. - Uyy miro a Noah pero parece estar entretenido con otra cosa. - Escúchame bien hermana, en cuanto Phill llegue del hospital te vas a plantar bien firme y le vas a decir que estas cansada de pasarte las horas sola en casa y lo vas a obligar a trabajar menos horas. - Pero... - Pero nada. O lo haces tú o yo misma lo llamo y le digo todo. - No serías capaz... - Pruébame. - Me hace pucheros como un niño pequeño haciéndome sonreír. - Prométeme que vas a hablar con él. - Lo voy a intentar. - Eso no me sirve. - Está bien, voy a hablar con él. Eres peor que mi madre. - Nadie me había dicho algo tan lindo en mi vida. - Ambas reímos y nos dividimos la tarea de vestir a Noah. - ¿Cómo le fue en el control el otro día? - En ese momento se escucha el "Me voy" de Will y ambas reímos. - Bien, dice que es algo pequeño para su edad pero según ella no hay de qué preocuparse. - No es tan pequeño, Livy tiene la misma altura. - Yo pensé lo mismo, pero después de la consulta fuimos a ver a Lex y me di cuenta de que Livy es más grande. - ¿Enserio? - Si. - Bueno no te preocupes por eso. Tú eres bajita así que tal vez él salga como tú. - Puede ser. - Por cierto ¿cómo están los gemelos?, hace tiempo que no voy a verlos. - Solo hace una semana y están bien, son bastante inquietos. No sé como Lex puede con ellos. Livy no le da problemas porque es muy tranquila pero esos niños van a ser unos demonios. - Igual que su tía Julia, mis chiquitos. - Se lleva una mano al pecho y suelta una carcajada. - No creo que sigas diciendo eso después de tenerlos unas horas. - Son bebés, lo único que hacen es comer y dormir. - No se te olviden sus gracias. - No no no, de eso que se ocupe cualquier otro. - Así que chiste. - ¿Hoy trabajas? - Si, últimamente estoy hasta arriba de trabajo. - ¿Te vas a llevar a Noah? - Si, la verdad no quiero dejarlo en una guardería y se porta muy bien, hasta ahora no he tenido ningún problema. - ¿Por qué no me lo dejas? Voy a pasarme el día sola y él me puede hacer compañía. - ¿Estás segura? - Si ¿Qué puede salir mal? Es tranquilo y con un par de juguetes es feliz. - Está bien, bueno si a ti te parece. - ¡¡SIII!! - Corre hacia mi hijo y lo abraza sacudiéndolo como a un saco de patatas. - ¡Nos vamos a divertir una vida! Giro mis ojos y comienzo a preparar un bolsito para Noah. --------------------------------------- ¿Qué puede salir mal? Todo puede salir mal. Julia me mira apenada mientras trato de calmar el llanto de mi hijo. - Lo siento. - Dice mirándome triste. - Ayy Julia, te mataría en este momento si no me causara gracia verte así. - La pobre está cubierta de vómito y mojada. - La próxima vez procura darle cosas sanas. - Es que estaba tan feliz con esa carita cubierta de chocolate. - Claro que estaba feliz ¿quien no iba a estarlo con todo el chocolate que comió? Pero tendrías que haber pensado que no le iba a sentar bien. - Bueno, en ese momento no lo pensé. - Mejor ve a cambiarte que el olor me está quemando las fosas nasales. - Ya voy. - La cara de perrito mojado que pone me conmueve. - Shhh... - Noah solloza unos minutos hasta que se calma. Julia vuelve cambiada y limpia y me mira con pena. - Lo siento, de verdad. - Lo sé. - Se sienta junto a mí y suspira. - Creo que todo este tema con Phill te está descolocando un poco. Siempre que cuidas a Noah no hay ningún problema. - Sí, creo que me estoy volviendo un poco loca. - No amiga, lo siguiente. - Ambas reímos y hablamos un poco más hasta que Noah se queda profundamente dormido. - Será mejor que lo lleves a casa. - No puedo. Quedé de ir a ver a Lex y a los niños, además este tanquecito no se despierta con nada. - Me levanto y acomodo a mi hijo. - Toma. - Julia me tiende el bolso y las cosas de Noah. - Gracias. Espero noticias de Phill de lo contrario abriré esta linda boquita que tengo. - Hablaré con él. - Claro que lo harás. ------------------------------------------------------------------ Dios, que día más agotador. Después de llevarme a Noah a la tienda todo se volvió un caos. Las mujeres abarrotadas en la puerta y yo corriendo de un lado a otro tratando de complacerlas a todas. Lo bueno es que la jornada se terminó, aunque todavía tenga que ir a casa de Connor. Estaciono el coche y suspiro cansada. Noah se durmió en el viaje así que me toca cargarlo. Con un bolso lleno de juguetes y ropa en un brazo y Noah en el otro camino hasta la puerta de mi hermano. Toco el timbre y segundos después el rostro agotado de Lex aparece. - Te ves horrible. - Me dice. - Gracias, tú estás peor. - Asiente y se hace a un lado. Entramos y bajo mis brazos soltando las bolsas. - Lo puedes dejar en la salita. - Señala a Noah. -Lo amo más que a mi vida pero cargarlo cada vez es más agotador. - Los niños crecen. - Pues según su pediatra él no. - ¿Qué? - Eso, en su última consulta me dijo que era pequeño para su edad. - Eso no es cierto. Mide casi lo mismo que Livie, si es un poco bajito pero nada más. - Eso mismo pensé. - Bueno, a ver. - Me lo quita y lo deja sobre la cuna que tiene en la pequeña salita para los niños. Noah suspira pero no se despierta. - Listo. Lo miramos unos segundos antes de salir en silencio. - ¿Y mi hermano? - Trabajando. Me dijo que saldría temprano pero tuvo una reunión urgente a última hora. - ¿Cómo te fue con Will? - Pregunto curiosa. - Mal. - ¿Cómo qué mal?, ¿qué pasó? - Nada...me revisó y vio mi análisis y según él estoy perfectamente. - ¿Y porque dices que fue mal? - Connor se puso como loco de la alegría y comenzó a hablar de tener más niños y... - ¿Más niños? - La miro algo sorprendida. - ¿Es que con tres no le da? - Al parecer no. - Joder. - Eso mismo pensé. En fin, Después de que Connor terminara su espectáculo Will nos dijo que no era recomendable volver a quedar embarazada. - No entiendo. - Al parecer mi útero no soportaría otro embarazo. - Pero el te dijo que estabas bien. - Si, pero no para tener otro bebé. - La miro sin entender. - Ay Alice a penas logré llegar a los ocho meses con Livy y los gemelos. Will no cree que mi cuerpo resista otro embarazo y si fuera así correremos peligro tanto yo como el bebé. - Ayyy linda como lo siento. - Digo abrazándola. - No lo sientas, la verdad yo no quiero otro hijo. A duras penas puedo con los que tengo. - Suspira y se tira sobre el sofá. - Llego a tener otro y soy capaz de internarme en un manicomio. - Que exagerada. - Me siento junto a ella. - No soy exagerada. - Vamos, que Livy es un amor y no molesta para nada. - En eso tienes razón. Mi niña es todo un angelito pero los chicos...Dios, cada uno vale por dos. Solo tienen cuatro meses y me están volviendo loca. No puedo dejar un segundo la habitación sin que empiecen a llorar y a gritar. - Se tapa la cara suspira cansada. - Bueno, tampoco te pongas así. Verás que en unos meses se calman. - Já, si fuera cierto me sentiría mejor pero esos demonios en unos meses me vuelven loca. - Suelto una carcajada y Lex me mira sonriendo. - Los amo más que a mi vida pero a veces....simplemente quisiera que se callaran cinco minutos. - Pues ahora están callados. - Solo porqué no están aquí. - ¿Cómo que no están aquí? - Nana los sacó a pasear unos minutos cuando se dio cuenta que estaba a punto de estallar. - Dios bendiga a esa mujer. - Lex levanta su mano. - Amén. Reímos y hablamos unos minutos más hasta que la puerta se abre con un estruendo y Nana entra con la pandilla. - ¡Alice! - Grita al verme. Me levanto y corro hacia ella. - Nana. - Beso su arrugada mejilla. - ¿Cómo estás? - Bien, aquí sacándole un poco de carga a mi niña. - Lex se levanta y se acerca. En cuanto los gemelos la ven comienzan a chillar como condenados. - Mierda, no estabas mintiendo. - Digo mirando a esos diablillos. - ¿De verdad creías que mentía? - Pues creía que estabas exagerando. - Lex suspira y saca a uno de los niños del coche. - Pues no estaba exagerando. - Nana levanta al otro y sonríe. - Solamente están muy apegados a su mamá. - Dice feliz. Livy me mira levantando sus bracitos. Sonrío y me agacho junto a ella. - Hola preciosura de la tía. - Beso sus regordetas mejillas y la levanto. Joder como pesa la niña. - Que grande estas. - Mamá. - Señala a Lex. - Mamá está ocupada con el hermanito. - Livy asiente y la llevo conmigo a la sala. Alexa se desprende la blusa y su sostén dejando libre su pezón. El pequeño Alan o Aidan se prende enseguida dejando de chillar. - Llevan cuatro meses con nosotros y todavía no logro distinguirlos. - Digo mirando fijamente al niño. Lex lo mira y asiente. - Este es Aidan. - ¿Cómo te das cuenta? - Tiene un pequeño lunar en la barbilla. - Gira un poco la cabeza del niño y me muestra. - Alan no lo tiene. - Pues si no me lo dices ni lo notaba. - El otro demonio comienza a llorar al verse sin atención y Lex suspira frustrada. Me levanto y dejo a Livy en la alfombra especial para niños con sus juguetes. Sostengo al pequeño Alan y camino un rato moviéndolo hasta que se calma. - Gracias. - Me dice Lex volviendo a su labor de amamantar. - La verdad es que no extraño nada esos días. - Le digo sonriendo. - Quisiera que se acabaran. Con Livy no tenía ningún problema porque era una pero con ellos....cuando termino con uno y lo tengo dormido en paz el otro comienza a llorar. Además vivo amamantando, parezco una vaca lechera, mis pechos parecen bolsas de agua.  Sonrío recordando esos tiempos. - Con Noah me pasaba lo mismo. Pero cuando dejas de amamantar vuelve a la normalidad o al menos a mi me pasó. Alexa sonríe. - Espero que sea cierto. . - Bueno...ya verás como sí vuelven a la normalidad. - Dios te oiga. - Soltamos una carcajada mientras nana aparece con un pequeño pote de comida para Livy. - ¿Cómo está todo con Will? - Me pregunta. - Bien. - Digo sin mirarla. La condenada tiene un sexto sentido para detectar que algo pasa solo con mirarte. - Repito: ¿Cómo están las cosas con Will? - Bufo y me voy al otro lado de la habitación con Alan. - Nana, te dije que bien. Alexa nos mira y frunce el ceño. - ¿Qué pasa Alice? - Nada, enserio. Todo está bien. - ¿Por qué no te sientas? - Alexa se hace a un lado en el sofá y palmea el espacio libre a su lado. Derrotada me siento a su lado y suspiro. - Quiere que vaya a ver a un psicólogo. - ¿Sigues con las pesadillas? - Me pregunta muy seria. - Si, pero solo son pesadillas, nada del otro mundo. Alexa toma mi mano y la aprieta. - Creo que deberías hacerle caso. Hace meses que las tienes y no es bueno. - No creo que sea para tanto. Son simples pesadillas. - Alice, sé qué te parece algo exagerado pero un psicólogo es como un diario con el que desahogarse. No va a juzgarte ni nada. Estoy segura de que te vendrá bien hablar con alguien. - Will me dijo lo mismo. - Te confieso que los dos meses después de... - ¿El incidente? - Si, no fueron los mejores que digamos. Tenía pesadillas cada noche y siempre era lo mismo. - ¿Fuiste a terapia? - Pregunto interesada ya que no sabía que ella había pasado por eso. - No - ¿Pero lograste superarlo? - Lo hice, pero solamente porque tenía con quien hablarlo. Tu hermano fue quien me ayudó a superarlo. - Entiendo...tal vez hablar con Connor te ayudó pero no creo que hablar con Will ayude. - ¿Por qué lo dices? - No lo sé. - ¿No confías en él? - Lo hago, pero no estoy preparada para hablar de eso con él. - Pues si no es con él, con alguien tienes que hablar. - Tal vez. - Tal vez.- Repite ella. - Probaré con la terapia. Ella sonríe y me abraza como puede. - Ya verás que te hará muy bien. - Probare con un par de consultas y luego veré si sigo o no. - Me parece bien.   - Si, eso haré.   Una hora después Noah despertó quejándose así que volvimos a casa. En el camino solamente podía pensar en tener que revivir todo aquello. Había pasado tanto tiempo que me aterraba hablar. Miraba a Noah por el retrovisor de vez en cuando y los rasgos del innombrable cada vez eran más obvios, si bien tiene mucho de mí también lo tiene de él. Estaba terminando de bañar a Noah cuando escuché ruidos abajo. - Bueno...parece que Will llegó. - Envuelvo a Noah con una toalla y lo llevo a su habitación. Will entra al dormitorio sonriendo y se acerca.  -Hola. -Digo concentrada en terminar de secar a mi bebé. - Hola. - Se acerca y me besa antes de hacerle unas cosquillitas a Noah. - ¿Pasaron bien? - Pregunta. - Si, aunque hubo un pequeño incidente con Noah. - Frunce el ceño y mira preocupado a mi hijo. - ¿Qué pasó?¿Está bien? - Está perfectamente. Julia se ofreció a cuidarlo unas horas mientras trabajaba pero Noah no se sintió bien y tuve que ir a buscarlo. - No le iba a decir que mi amiga había atiborrado de chocolate a mi hijo. - ¿Pero ahora está bien? Podemos llevarlo a la clínica. - Tranquilo, está bien. ¿Cómo te fue con Alexa?, pasé a verla un rato y me contó un poco sobre eso. - Realmente creo que tu hermano está loco. - ¿Por qué lo dices? - Digo riendo. - Bueno...los análisis de Alexa salieron muy bien y les dije que su salud estaba excelente. Ni bien terminé de decir eso tu hermano se puso a festejar y a decir que podían tener más hijos...una docena creo que fue lo que dijo. - ¿Una docena? - Si, tenías que ver a la pobre Alexa. Parecía a punto de desmayarse. - Me lo imagino. - En fin. Luego le aclaré que estaba muy bien de salud pero su cuerpo no iba a soportar otro embarazo. - Entonces mi hermano recordó que te odia. - Exacto. - Creo que es mejor así. Alexa me comentó que no quería tener más hijos. La pobre está que camina por las paredes con los gemelos. - Me lo imagino. - Will... - Lo miro seriamente mientras le pasó a Noah que está encantado de ir con él. - Estuve pensado lo de la terapia. - ¿Si? - Si. Aunque probaré con un par de consultas y si veo que no ayuda...lo dejaré. - Está bien. - Se acerca y me da un tierno beso. - Me alegro de que decidas ir. - Se levanta y se va con Noah a jugar un rato. - Si bueno...yo no tanto. - Murmuro .

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