Juegos Prohibidos 2

Alessandra. Esto no me puede estar pasando a mí, esto no puede ser cierto- Me repito mientras me recuesto contra el váter en el cubículo de baño en el que he estado los últimos diez minutos, todo parece un chiste de mal gusto, el mundo me da vueltas, y los sonidos que hacen las personas que entran y salen del baño me tiene ciertamente mareada, sin mencionar el sabor amargo en mi boca que me recuerda que desde hace un par de semanas no he podido dejar de vomitar todo lo que logra meterse en mi estomago Al principio creí que se trataba de una reacción corporal a todo lo que había pasado, a Nathaniel, a mi padre, a la demanda que Nathaniel instauro en mi contra, a todo lo que tuve, y sobre todo, a todo lo que perdí, en mi cabeza no dejan de repetirse esos últimos momentos una y otra vez, ciertamente no recuerdo haber vivido nada tan doloroso como ese día en que Nathaniel me saco de su casa como si no fuera mas que una intrusa Aunque a ciencia cierta, ¿A quién quiero engañar? Eso y peor era yo para él, había pasado de serlo todo para ese hombre, a no haberme convertido en mas que un estorbo y una desgracia en su vida, y no lo culpaba, en realidad no tenia el derecho de hacerlo, después de todo, yo había dictado mi sentencia incluso mucho antes de que todo terminara Había perdido lo único real que había en mi vida, y ya no veía la forma de enmendarlo, mucho menos allí tirada en ese baño, sintiéndome peor que nunca, y con él al otro lado del edificio -Tienes que hacerlo, Alessandra- Tome mi bolso, saque una coleta negra, y la ate en un moño bajo en mi nuca, y entonces, como si algo me hubiera gritado que debía dejar de ser tan cobarde, saque la prueba de embarazo casera que había comprado hacia casi quince días, esa misma que no había querido hacerme por miedo a lo que podía pasar Me daba terror enfrentarme a lo que el resultado en esa prueba podía mostrarme, me daba miedo que fuera positiva, sobre todo porque sabia que para Nathaniel aquello no iba a resultar nada grato, sabia que no podía decirle al hombre que mas me odiaba en el mundo que estaba esperando un hijo de él, no me sentía capaz de siquiera pensarlo e imaginarme en ese escenario, pero también me daba miedo que fuera negativa, después de todo, compartir un bebe con Nathaniel significaría que tendría por siempre un pedazo de él conmigo, no sabía cual de los dos miedos pesa más, pero lo que si tenia por cierto es que debía hacer algo al respecto, y tendría que ser pronto Aunque para ser sincera, jamás espere que aquello sucediera en un baño de un bufet de abogados, definitivamente la vida estaba mal, todo iba fatal Después de todo, nada se había sentido correcto desde que todo se había roto entre Nathaniel y yo Con los sentimientos a flor de piel, y sintiéndome más miserable, y patética que nunca, me senté en el inodoro, y me hice el test Dejé la prueba durante algunos segundos allí, y entonces la detuve en mis manos incapaz de mirarla, no me sentía capaz, en todos los aspectos posibles, me sentía débil, y derrotada, había peleado una guerra que nunca me había pertenecido, todo por una persona que había demostrado que no me amaba, mi padre, todo lo había hecho por él y sin embargo nada había sido suficiente Lamento haberlo entendido tarde, pero creo que ahora veo las cosas con un poco mas de claridad, mi padre nunca quiso lo mejor para mí, yo fui siempre un peón mas en su juego de destrucción, en donde la única que resulto lastimada fui yo Y se que soy responsable de todo lo que paso, después de todo me deje manipular y llevar de aquel hombre, sin embargo hay una pregunta que no deja de rondarme la cabeza ¿Por qué no hice más por Nathaniel? No dejo de decirme que, si de verdad lo hubiera amado, entonces yo habría frenado ese juego macabro mucho antes de lo que había pensado, habría caminado por el mismísimo infierno con tal de que aquello ente nosotros no terminara, y aunque no he podido descifrar de que se trata, me quedan solo dos opciones, o nunca ame lo suficiente a Nathaniel, o entonces soy mas cobarde de lo que jamás imagine Alguna vez Nathaniel me dijo que no había mujer en el mundo mas poderosa que yo, pues bien, yo no me siento ni me he sentido nunca así, he sido vulnerable desde siempre, antes por mi padre, y ahora por Nathaniel Siento que una lagrima cae de mi ojo cuando escucho el ruido estrepitoso de una puerta en el baño, y entonces me sobresalto, recordando donde estoy, recordando lo que tengo en mis manos, y sobre todo, lo que estoy haciendo en ese sitio Han pasado mas de 10 minutos desde que la prueba ha entrado en contacto con la orina, así que yo la tomo, y miro a la pequeña pantallita que esta a punto de sellar mi destino Me quedo anonadada ante la respuesta, y no logro evitar que las lagrimas escurran de mis ojos, todo se ve borroso y nada tiene sentido, dejo caer la prueba en la papelera, y vuelvo a vestirme correctamente la falda gris que llevo puesta Intento respirar, controlar mis emociones, pero el cubículo de repente me parece mas pequeño de lo que es, y una voz demasiado conocida suena al otro lado de la puerta blanca ajustada únicamente por un cerrojo gris -Alessandra, el señor Brown la está esperando, tenemos una reunión en breve y no podemos quedarnos mucho tiempo- Espeta con seriedad Jules, quien después de enterarse de todo, ha comenzado a tratarme con frialdad, y a referirse a Nathaniel como señor Brown, por lo menos frente a mi A ella también he logrado defraudarla, a la única amiga que he tenido nunca, también le he hecho daño, y aun no consigo perdonarme por eso -Iré en un segundo- Me quedo allí un rato más esperando a que ella se haya ido, y cuando no escucho nada, salgo del cubículo, sin embargo y para mi desgracia, Jules está ahí retocando su labial en total silencio- Pensé que te había ido- Digo, aunque se que lo mas probable es que ella no me responda y me ignore tal cual a como ha hecho últimamente -El señor Brown me ha pedido que no llegue sin usted, solo estoy acatando una orden -Por supuesto- Yo me acerco al lavamanos, y dejo que el agua fría corra por mis dedos y muñecas, esperando que eso me de un poco de la fuerza necesaria para entrar en esa oficina, y enfrentarme al rostro de Nathaniel al que no he visto desde hace dos meses cuando todo se fue al diablo Pensé que iba a poder fingir que estaba bien, imagine que sería más fácil obviar aquel resultado y hacer como si nunca lo hubiera visto, pero me doy cuenta que no en cuanto siento las lagrimas traicioneras resbalando nuevamente por mi rostro, me siento totalmente desestabilizada y en este momento culpo a mis hormonas por eso -Es un poco tarde para llorar por algo que tú misma has causado, ¿No lo crees? - Inquiere Jules dirigiéndome la palabra, siempre sin mirarme -No es por eso, Jules- Sorbo por la nariz- No es por eso por lo que estoy llorando- Sentencio cerrando el grifo y tomando una toalla para secarme -En realidad no es de mi incumbencia saber lo que te pasa- Sentencia guardando su labial en el bolsillo de su pantalón No se si lo que estoy a punto de decirle sea lo correcto, no se si quiera si en este punto ella vaya a creerme, o si deba confiarle mis secretos como antes, pero soy una bomba de tiempo en este momento, y de no decirlo entonces voy a explotar en un millón de pedacitos que resultaran haciendo incluso mas daño que el ya causado -Estoy embarazada…-Susurro despacito, no queriendo perturbar nada a mi alrededor Jules se queda fría, abre los ojos y por primera vez en mucho tiempo me mira a la cara -¿Qué has dicho? -Que estoy embarazada- Digo un poco mas alto, como si yo también necesitara hacerme a la idea de aquello -No me digas que es de Brown- Jules se acerca a mí, me toma por los hombros como si yo fuera a desplomarme en cualquier segundo -Por supuesto que es de Brown, Jules, ¿De quién más si no? - Suelto ladeando el rostro -¡Oh por Dios, Alessandra!- Ella me abraza, lo cual me toma por sorpresa, sin embargo me doy cuenta que es justo lo que necesito cuando yo también la rodeo con mis brazos, descanso mi cabeza en su hombro y lloro sintiendo el nudo en el que se ha convertido mi vida En algún punto en mis veinticuatro años, pensé que la vida era mas sencilla de lo que todos decían, me había graduado, me consideraba alguien inteligente, estable emocionalmente, y en un intento de arreglar lo único que parecía no estar bien, caí en las redes de mi padre y me perdí para siempre -¿Qué voy a hacer, Jules?- Sorbí por la nariz -No desearía estar en tus zapatos ahora- Ella me acaricio el cabello, y me aparto para que pudiera mirarla- Debes decírselo -¿Enserio crees que sería lo más apropiado ahora? -Quizá no lo mas apropiado, pero si es lo correcto, no importa cuanto daño le hayas causado tú, él tiene derecho a saber que estas esperando un hijo suyo -No Jules, no puedo hacerlo- Recordando nuevamente todo, me armo de valor, me limpio las lágrimas y comienzo a caminar en el baño pensando en la situación- No puedo decirle y tú tampoco, debes prometer que no le dirás una sola palabra al respecto -Pero Alessandra- Ella intenta refutar -No, Jules, pero nada, promete que no le dirás nada, yo sabré que hacer con…Nosotros- Digo tocándome el vientre- Encontrare una solución a todo esto -No decirle es peor que cualquier otra cosa que hayas hecho antes- Ella también se endereza en su sitio- Pero prometo que no voy a decirle nada- Sentencia -Gracias, por entender y dejarme llorar en tu hombro -Sabes que después de todo esto no puedo confiar en ti, lo cual es una pena, pero si necesitas algo, no importa en que momento sea, no dudes en decírmelo- Ella se arregla el blazer y me mira con esa fiereza tan característica suya- Tampoco es como si pudiera fingir que nunca fuimos amigas -Lo lamento por todo- Susurro -Eso no es suficiente- Suelta- Y ahora vamos antes de que Brown mande a alguien mas a buscarnos Yo me quito la coleta del cabello y dejo que las ondas me caigan por la espalda, paso una vez mas mis dedos por debajo de mis ojos, tomo mi bolso y salgo del baño a un lado de Jules Pero antes de que nosotras podamos dar un paso más, él se acerca hacia nosotras y por poco chocamos frente a la entrada del baño Yo me quedo sin habla al verlo, parece que se ha puesto más fuerte, se ve mas rudo, como si todo lo que paso lo hubiera hecho de piedra, sus ojos siguen llevando ese bonito color, sin embargo bajo ellos se asoma una sombra negra, no ha dormido en mucho tiempo, justo como yo Pero ya no veo aquel brillo que solía resaltar cuando me veía, no se ve emocionado, y por el contrario su rostro se ha contraído en una mueca, como si aun no hubiera estado listo para verme Yo quisiera poder echarme nuevamente a sus brazos y besarlo como solía hacer en aquellos días que ahora me parecen de antaño, sin embargo, lo único que hago es poner instintivamente la mano en mi vientre y saludarlo -¿Cómo esta, señor Brown?- Se que no es lo mas adecuado, se que no esta bien y que es por mi culpa, sin embargo no sé qué más decirle, es increíble como pasamos de decirnos todo a no saber siquiera como hablarnos Él me mira, niega levemente con la cabeza y dirige su atención a Jules -En media hora debemos estar con los socios en la empresa, así que salgamos de esto lo más rápido posible- Exclama con la voz profunda -Por supuesto- Dice Jules, y entonces él me da la espalda, sin dirigirme la palabra, sin detenerse demasiado en mi Jules entiende lo que siento cuando me ve y nota mis ojos aguados, y entonces pasa su mano pro mi brazo en señal de consuelo Pero no es eso lo que necesito, lo necesito a él, necesito saber que hacer, y necesito que me perdone Sin embargo, allí viendo su espalda, siento que las cosas no pueden estar mas mal de lo que ya están, estoy embarazada de un hombre que me odia mas que a nadie en el mundo Y no lo soporto, no aguanto el dolor en mi pecho, sobre todo porque se, que, aunque él me deteste, yo lo amo mas que nunca.