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Mi Única

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Blurb

Brianna Manson es una mujer que cree haber encontrado el amor en los brazos de Demetrious Johnson, pero un día la saca de su vida sin explicación alguna y con un hijo en su vientre. Años después estos se vuelven a encontrar, pero esta vez Brianna no está dispuesta a que Demetrious haga su voluntad.

¿Qué pasa cuando te das cuentas que no todo es lo que parece? Que echaste por la borda un gran amor y que cometiste un error años atrás.

Te invito a conocer a Brianna y Demetrious un amor que no quedo en el pasado y que para Demetrious ella siempre ha sido LA ÚNICA mujer que ha amado con toda su alma.

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Capítulo 1
Brianna Manson miro al nuevo dueño de la empresa de publicidad en la que trabajaba y sintió que su mundo se venía en picada. Demetrious Johnson el hombre que había amado con locura cinco años atrás cuando apenas era una jovencita de veinte años y creía que él era el hombre de su vida; y eso era hasta que el sin motivos la había dejado diciéndole que solo era una más en su vida, aún sus palabras le venían a la cabeza. Flashback Entre al pent-house de Demetrious apresuradamente ya que tenía una semana sin verle y me moría de ganas tenerlo frente a mí, la verdad me parecía extraño que no me hubiese llamado, pero con tantas cosas en la cabeza no le di importancia. Entre mi trabajo y la visita de mi hermano Bruno que estaba mal porque su prometida había cancelado su compromiso, no tenía cabeza para nada. Así que apenas su asistente me confirmo su llegada salí disparada a verlo. Cuando llegue al salón lo encontré sentado en el sofá con un vaso que con tenia un líquido color ámbar, al ver mi presencia sus ojos se tornaron furiosos y no sé por qué, pero sentí un frío correr por mi espina dorsal, a pesar de eso me acerque a él, eh intente darle un beso el cual rechazo poniéndose de pie — ¿Qué sucede? —le pregunte confundida, el en cambio se llevó el vaso a los labios y tomo el resto de su bebida en un trago y me miro detenidamente — ¿Qué haces aquí? — respondió de manera fría. En los seis meses que teníamos juntos jamás me había hablado en ese tono tan frío y cortante como el de ahora y eso termino por encender mis alarmas — Quería verte —dije con calma y cada vez entendiendo menos —tu secretaria me dijo que ya habías llegado — el embozo una cruel sonrisa — Llegué el martes querida —lo último lo dijo con desprecio y sentí un nudo en la garganta. ¿Había llegado hace cuatro días y no me había dicho nada? mi rostro tuvo que delatar mi sorpresa porque prosiguió —no lo esperabas ¿eh? — Pues me sorprende —respondí tratando de acercado a él, pero se volvió alejar—No me has llamado — Para que —Dijo esta vez con fastidio — ¿Cómo que para qué? —respondí un poco enojada —para que nos viéramos, ya que estoy en final de semestre y podía verte sin tener que poner peros — dije de manera obvia. sé que no le gustaba cuando la universidad me absorbía ya que estaba por terminar mi carrera de diseño y eso era importante para mí — Mira Brianna — ¿Brianna? Él nunca me llamada por mi nombre siempre me decía Brie, pero casi nunca Brianna —yo no tengo porque decirte cuando llego o me voy, tú no eres nadie para venir aquí hacer reclamos —sentí como si me hubieran dado una bofetada, apreté mis manos de manera que sentí mis uñas clavarse en la palma de mi mano — ¿Qué te sucede? —pregunte en un susurro — Que me canse de esto —camino hasta el ventanal y observo por un momento antes de darse la vuelta y mostrarme la más crueles de las sonrisas —esto no nos está llevando a ningún lado y la verdad que un hombre como yo no se conforma con una niña como tú —mi mundo se abrió y me llevo con el sentí arcadas, sabía que a pesar de que solo tuviera veintisiete años el consideraba que mis veinte eran un problema, pero hice todo para demostrarle mi madurez. Creí que lo habíamos superado — ¿Me estas dejando por mi edad? —pregunte incrédula con voz baja — Por supuesto que no —ironizo —¿tú sabes por qué lo hago? — Yo... —Sentí un ligero mareo, pero me aferré al sofá, como lo había descubierto tan rápido si yo no lo supe hasta ayer en la tarde cuando me hice un test —te lo iba Decir Demetrious solo que... — Solo que yo me di cuenta antes ¿me crees estúpido? —avanzo hasta mí y me tomo por los brazos —te vi con el —¿De qué hablas? —trague duro antes de decirle Demetrious —estoy embarazada —me imagine todas las reacciones, menos una carcajada de su parte — Y ahora me vas a decir que es mío —rio cruelmente —¡vamos Brianna! — ¿Y de quien más? —apreté mis dientes con fuerza— tú has sido el único hombre con el que me he acostado — Mi querida Brianna. Pude haber sido el primero, pero dudo que el único — Te está pasando. Tú me conoces —dije rodeándome con los brazos me sentía helada y en cualquier momento me derrumbaría que sucedió para que el piense así de mi — Creí conocerte —dijo mondas — ve a ensartarle ese bastardo a otro —escupió con odio y rabia y antes de que me diera cuenta le había estampado un bofetón que lo sorprendió — ¡Maldito seas! —chille colérica y con lágrimas en mi rostro— nunca llames a mi hijo de esa manera, ¡aquí el único bastardo eres tú! — Lárgate antes de que pierda la paciencia —me amenazo — Aquí la que creía conocerte era yo, pero me equivoqué —dije respirando para calmarme —espero no volver verte en mi vida —por un momento vi en su rostro dolor, pero al segundo cambio a rencor el hizo una seña y dos de sus guardaespaldas ya estaban en el salón — Acompáñenla hasta la salida —ellos asintieron, pero con toda la dignidad que me quedaba me di vuelta y los enfrente — Ni se les ocurra tocarme —me voltee por última vez. Para ver al hombre que ame con toda mi alma y que me había roto el corazón —nunca te perdonare lo que nos estás haciendo — Tú fuiste la que me fallo queriéndome encasquetar a una criatura, cuando te vi con otro hombre— dijo temblando de rabia — Vete. No deseo verte de nuevo—con esas palabras salí del piso de Demetrious con el alma destrozada y el corazón hecho trizas sin entender que fue eso que vio, pero por mi bebé haría lo que fuera y saldría adelante. Fin Flashback Y ahora está ahí y era su jefe. Bueno sino la botaba antes pensó con amargura, verlo caminar en su dirección con su antiguo jefe le asusto, tenía una mirada divertida combinada con malicia que me decía que mi empleo estaba en la cuerda floja. Se detuvieron a saludar a la secretaria de Stefan el vicepresidente y me dio la oportunidad de visualizarlo, se veía más maduro. Bueno han pasado cinco años, ya es un hombre de treinta y dos años. Su cabello negro azabache estaba bien cortado pero desordenado. Demetrious era un hombre atractivo de un metro ochenta, nariz recta, labios generosos, ojos grises y un cuerpo hecho para dar placer a cualquier mujer que deseara. Sacudo mis pensamientos ante eso no podía tener efecto en mí. ¡No! era el hombre que te abandono por cobarde porque eso de que lo engañe solo eran patrañas, clave mi mirada en el bolígrafo que tenía en la mano y me quede pensando en mi Dylan y en lo parecido que era a Demetrious, yo era pelirroja de ojos verdes y mi niño lo único que me había heredado era el color de mis ojos porque lo demás lo compartía con su padre, hasta en lo obstinado y perseverante para su corta edad de cuatro años. Al recordarme de Dylan también recordé que estaba en la guardería de la empresa y que Demetrious podía verle y eso no lo podía permitir, no iba a dejar que le hiciera daño a mi bebé. Sentí pánico y me apresuré a tomar el control — Brianna —me saco de mi trance él señor Roble que hasta hace poco había sido mi jefe, era un hombre de casi sesenta años que había sido de gran ayuda para mí, debido a que no pude terminar mis estudios, el me ayudo dándome trabajo cuando estaba embarazada de mi Dylan y no tenía como subsistir. Me levanto con mi mejor cara de póker y aliso la falda tubo negra que me puse esta mañana — ¿Dígame señor Roble? —le di una sonrisa tratando de calmarme y que no me viera nervioso — Niña. Deja de llamarme así —me reprendió divertido —cuantas veces tengo que decirte que me llames Francisco —asentí y me sonroje ¡maldita sea! Ya no soy una chiquilla para ruborizarme —te presento al señor Demetrious Johnson tu futuro jefe— o mi verdugo pensé para mí misma —Señorita Manson—dijo en tono ronco—su jefe me ha hablado maravillas de usted —lo miré y vi su desagrado ante mi presencia—me ha dicho que es la mejor secretaria que ha tenido — Y no mentí—dijo mi jefe —te aseguro que Brianna es muy eficiente —mi jefe no se daba cuenta, pero yo si note su incomodidad — Solo hago mi trabajo señor francisco—el solo rodo los ojos por como lo llame — No tienes remedio—dijo resignado y miro a Demetrious que solo me observaba sin ningún pudor mi cuerpo—pasemos a la oficina — En un momento lo alcanzo —dijo Demetrious y sentí pánico —voy a hacer unas llamadas y a hablar con el personal— ¡mierda! — Por supuesto hijo —respondió mi jefe— tomate el tiempo voy a ordenar algunas cosas —con eso se caminó hasta su oficina y cerro tras de él y enseguida sentí la tención tome unas carpetas e intente huir, pero su voz me detuvo — ¿A dónde crees que vas? —me dijo de forma autoritaria me detuve en seco y me di la vuelta para enfrentar al hombre que jamás pensé volver a ver — Dígame señor Johnson —dije lo más profesional posible el arqueo una ceja — ¿Qué haces aquí trabajando de secretaria? —pregunto despectivamente y me dieron ganas de darle un puntapié. ¿Qué quería que le dijera? así, me dejaste con un bebe en camino, sin ninguna ayuda y tuve que dejar mis estudios, trabajar en una cafetería por cinco meses y gracias al señor Roble que ha sido mi ángel guardián trabajo de secretaria para mantener a mi hijo de manera digna y que no le faltara nada — Ganarme la vida —respondí de manera fría y cortante no iba a darle a diatriba de mi vida —y si me permite tengo que llevar estos documentos a contaduría — Espera un momento —dijo con un tono de voz más suave, detuve mi andar, pero antes de contestarle alguien más hizo su presencia — Pero si es mi secretaria preferida —dijo Stefan un hombre entrado en los cincuentas y que era un completo cerdo, y no me dejaba en paz — Que se le ofrece señor —dije más fría que el polo norte —el señor Roble está ocupado en su oficina — Bueno, podríamos aprovechar que está ocupado y mostrarte algunas cosas en mi despacho —dijo mirando mi cuerpo con lujuria y sentí asco, pero antes de contestarle alguien más lo hizo — Señor Stefan. Un gusto soy Demetrious Johnson —paso por mi lado un Demetrious que estaba tenso y con la mandíbula apretada. El cerdo de Stefan se irguió y puso su pose profesional ante la metida de pata — Señor Johnson —dijo tendiéndole la mano —no se confunda solo es una broma verdad señorita — Por supuesto —dije apretando mis dientes y mandándole dagas al viejo, Demetrious se dio cuenta porque su ceño se profundizo— y si me disculpan tengo trabajo por hacer —dije saliendo rápido de ahí y alejándome de ese par —Mi vida no será facial —dije en un susurro mientras me metía al elevador.

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