El amor prohibido de Lucy.

Bueno empecemos por aquí... Mi nombre es Lucía Millán, pero todos me llaman Lucy, tengo 22 años, mis ojos son color avellana, color sol como dice mi madre, cabello rubio, largo y definitivamente no es lacio. Nací en la frontera de Texas, pero cuando tenía dos años tuvimos que mudarnos a los Ángeles California y desde entonces vivo ahí. Soy hija única, estudio en la universidad y trabajo medio turno en la tienda de mi madre. Mi madre es viuda y no se volvió a casar, aunque yo siempre deseé tener hermanos o hermanas daba igual, ella no formó alguna relación con nadie, en cambio tengo dos mejores amigas; Alicia y Khim, hermosas y fantásticas. Alicia es rubia natural, ojos azules, labios gruesos, nariz pequeña y de cuerpo delgado. Se caracteriza por ser la chica tímida entre nosotras, además de inteligente y tierna. Khim, una castaña rebelde de ojos grises, labios finos pero notables, nariz respingona y un cuerpo curvilíneo que hace babear a los hombres. Es conocida por ser demasiado relajada y sin filtro. Al final de cuentas sólo somos tres locas más. *** -¡Lucy, baja de inmediato! -grita mi madre desde la cocina. -¡Ya voy mamá! -respondo aún desde mi cama. -Espero que ya estés lista niña. -Lo estoy mamá. Entro a la ducha y me desvisto con una lentitud sobrenatural, me meto bajo la regadera y abro la llave, para variar el agua esta fría, eso ya no es raro, me enjabono rápido mientras pienso en todo lo que debo hacer saliendo de la ducha, solo con pensar en mi cama quiero devolverme, tomo una toalla grande para el cuerpo y una más pequeña para la cabeza, el agua debió despertarme pero no, yo aún camino dormida. Saco mi ropa y me visto con la misma lentitud con la que me duché, llevo medio jeans arriba y recuerdo la ropa interior. -¿A quién diablos se le olvida la ropa interior Lucy? -me pregunto. Tomo mi ropa interior y repito el proceso, veo mi reloj y ya es tarde, a la velocidad de la luz termino de cambiarme, peinarme y preparar mis cosas. Bajo las escaleras y llego a la cocina por el desayuno fugaz. -Tarde de nuevo Lucy -me reprende mi mamá. -Lo siento ma, me quede dormida -¡No me digas! ¿Lucy Millán se quedó dormida? No, no, no, eso si es raro -Vale señora sarcasmo, diario me pasa, pero es que amo tanto dormir. -Debería ser ilegal dormir en exceso. -Seria una rompe leyes entonces. -Ya vete que se hace tarde. -Te amo mami. -También te amo mi niña. Y aquí vamos de nuevo a la rutina... *** La clase de literatura pasa tan lenta que no le veo final, hoy por lo menos tenemos lectura de poesía, eso la hace interesante. Escucho a la maestra recitar una estrofa muy bonita. "No puedo odiarte por que me ames... pero si puedo odiarme a mi misma por amarte a ti..." -¿Alguien sabe lo que esta frase significa? - cuestiona y nadie responde. Levanto la mano llamando su atención. -Dime, Millán, con una paráfrasis, ¿Qué crees que significa? Siento las miradas puestas en mi, al principio me siento incómoda, pero ella con un ademán me insta a hablar. -Yo pienso que... no podemos odiar a quien nos ama, pero si podemos odiarnos a nosotros mismos por amarlos. Ella no puede odiarlo, porque no es dueña de su sentir, pero si puede odiarse a si misma ya que debería controlar sus sentimientos, debería ser capaz de retenerlos. -Excelente Lucy. Para mañana quiero que todos me traigan un escrito que hable de amor, es todo por hoy clase, hasta mañana. Salimos del aula directo a la cafetería, moría de hambre. Khim me alcanza a medio pasillo. -Lucy, ¿Me podrías ayudar con el escrito? -Sólo debes escribir sobre el amor, Khim. -digo como si fuese obvio. -Es por eso que necesito tu ayuda, no amo a otra cosa que no sea mi celular. -confiesa mientras acaricia la pantalla del móvil. -Vamos no seas tonta, ¿Qué hay de tu abuela? Podrías escribir sobre ella. -¿Tú crees? -Claro, la amas ¿No es así? -Obvio que si, pero no sabría que poner Lucy. -Lo que te salga del corazón. -señalo una vez que llegamos a nuestra mesa. La cafetería pronto se alborotó, entre silbidos y risas y como era de suponerse nuestra pequeña Ali venía entrando, es una chica muy linda pero es bastante tímida y la escuela completa la molestaba por ello. -Hola chicas. -Hola Ali. -¿Nos vamos? No me gusta estar aquí. -¿A dónde? -cuestiona Khim. -Afuera. Nosotras desayunábamos afuera de la cafetería, a Ali le gustaba porque era una chica muy naturalista, a Khim porque estaban los chicos más guapos y a mi, por una razón con nombre y apellido Marissa Hutch. Marissa y yo fuimos amigas en secundaria, pero cuando su cuerpo empezó a "cambiar" fue insoportable. Se empezó a juntar con chicas más grandes, con otros intereses y bueno como yo no le seguí el plan pues simplemente dejamos de hablarnos, desde entonces hace mi vida imposible. -¿Pero a quién tenemos aquí? Lucy querida que gusto verte. -Cof cof hipócrita cof . -se burla Khim. -¿Disculpa? -cuestiona Marissa ofendida. -Disculpa aceptada, hueca -se burla ella. -¿Por qué no vas a ver a quien te llevas a la cama hoy, Khim? -suelta su primera dosis de veneno. -No necesito ir a buscar, para eso esta Jack. A él le encanta pasar tiempo conmigo. -contraataca Khim. Marissa jadea ofendida, supongo que al recordar la noche en la que Jack, su novio, la cambió por Khim. -Maldita oportunista, eso fue un error, tal vez estaba ebrio y dolido por haber terminado conmigo. -Pues ebrio no creo, dolido tal vez, de tanto que nos divertimos bajo las sabanas, es que es tan travieso. -Ahora si te voy a arrancar esa sonrisa de tu fea cara -amenaza. -Uy que miedo, alguien que me ayude. Para este punto la atención de toda la cafetería esta puesta en nosotras. -¡Marissa! -la imponente voz de Jack la llama. -Jack -responde con voz mimada. -¿Qué rayos haces? -Ella quería golpear a Khim -susurra Ali. -¿De nuevo Marissa? -Es que ella lo empezó todo. -se excusa. -Ve a la mesa Marissa, por favor, ya voy contigo. -Pero bebé yo... Jack miró a Marissa de manera suplicante y ella sólo se limitó a tomar su bolso y retirarse. -Lo siento Khim, ella a veces no se sabe controlar. -se disculpa él. -No te preocupes Jack, estoy acostumbrada a lidiar con la hueca de tu novia. -Si bueno, deberías darme algunos tips, creo que no la aguantaría ni un segundo más. Ali y yo nos alejamos hacia nuestra mesa, dejando a los dos tortolitos solos. -No crees que deberían salir ese par. -sugiere Ali. -Deberían -dije convencida. Nos disponemos a comer y una interrupción me lo impide. -Alicia podrías acompañarme al salón de lecturas. Un chico realmente guapo esta parado frente a nosotras. -Cla-claro Adrián. -Nos vemos mañana Lucy. -se despide de mi con su sonrisa nerviosa. -Adiós Ali. Khim desapareció y Alicia se ha ido y yo, sola para variar, ¿algún día encontraré un chico divertido, detallista y que sepa cantar? ¿Acaso estoy pidiendo mucho? Me levanto de mi lugar y camino hasta el interior de nuevo, quizás la biblioteca no sea tan mala idea. *** Miro por la ventana a las parejas que se pasean en el parque que se encuentra frente de la tienda de mamá. Deseo poder encontrar a alguien que me haga sentir bien, con quien salir a caminar y enamorarme en serio. Pero luego recuerdo todo lo que he visto sufrir a mis amigas por amor y yo no sé si pueda soportarlo. Khim es fuerte y sabe sobrellevar ese tipo de situaciones, Ali, es muy tierna y perdona demasiado rápido, a veces creo que no le da mucha importancia a eso de sufrir por amor. -Cariño deberías conseguirte un novio. -señala mi madre. La miro incrédula, mi mamá podía ser mandona, regañona y sobre protectora, pero tan bien era la mamá más relax del mundo, reíamos como locas por cualquier cosa, hablábamos de chicos, de sexo, de moda, confiaba en mi y como siempre decía ella quería lo mejor para mi. -Si claro mamá, como si fuera fácil. -Vamos cariño, con esa carita hermosa no debe ser difícil, además eres muy inteligente, ¿Quién no podría querer a mi pequeña? -El problema esta es a quién podría querer tu pequeña, todos los chicos son unos idiotas, sólo piensan en sexo, sexo, y más sexo, yo quiero a alguien a quién no le importe sólo el sexo mamá, a alguien a quién le interese saber de mis días, de mis gustos, poder estar solos sin necesidad de que mal interprete el asunto, reír como amigos, que me proteja como un hermano y que me ame y me valore como un hombre. -Ay cariño, pides un hombre perfecto esos o están casados o están con otros chicos, deberías encontrar un chico más...normal. Mira que yo se lo que digo. -Lo pensaré mamá aunque si no llega, me iré de religiosa, o seré la tía de los hijos de Khim y Ali. -Amas a esas dos locas, ¿Cierto Lucy? -Son como mis hermanas, están locas y tontitas pero las amo. -Yo también las quiero mucho, en especial a Khim, lo que hizo su madre es imperdonable. -Lo sé, oye mamá, ¿Me dejarías salir con las chicas hoy en la noche? -Lucy mañana hay escuela, luego irás toda desvelada y será una guerra levantarte. -Prometo levantarme temprano si, además mañana hay clase hasta el medio día... ¿Puedo? -Esta bien, no lleguen tarde. ¿Bien? -Si mamá. Saqué mi móvil y marque el número de Khim. Espero calmada a que responda mi amiga y lo hace al segundo tono. -Si me llamaste solo significa dos cosas, o me ayudarás con el ensayo o que saldremos esta noche. -Saldremos esta noche, Khim. -Bien le avisaré a Ali, ¿dónde y a qué hora nos vemos? -En mi casa a las seis. -Hecho, llevaré maquillaje, hasta al rato. Sólo espero que algún día yo vaya de la mano con mi chico perfecto.