bc

La aprendiz

book_age16+
56.0K
FOLLOW
569.8K
READ
others
independent
drama
sweet
bxg
city
roommates
like
intro-logo
Blurb

Cuando Amber Spencer, acepta que el mejor amigo de su hermano, Kenneth Colton, viva con ella en su apartamento, ya que es un soldado que ha resultado herido tras una misión y que regresa a Atlanta para recuperarse y buscar un nuevo empleo, no sé imagina que está a punto de encontrar en él, la inspiración para resolver el reto más grande de su carrera.

Tras un desafío impuesto por la nueva directiva de la editorial para la que escribe, Amber se siente presionada e insegura en cuanto al contenido de su nueva historia, por lo que recurre a Kenneth, quien le ayudará a escribir cada capítulo, a fuego.

chap-preview
Free preview
Capítulo 1
Hola bellas, aquí vengo de nuevo con está historia, espero que les guste, será de actualización diaria en Noviembre. *Todos los derechos son reservados* Registro bajo el número 2110099488851 ————————————————————————— Estoy tratando de concentrarme y no puedo, mi editora me pidió que hiciera una novela erótica por órdenes de mi nuevo jefe y al no tener experiencia me está costando mucho trabajo. Tengo 3 meses para terminarla y ni siquiera la he empezado, solo espero que no me pida una historia de sadomasoquismo porque ahí sí tendré que terminar con mi carrera como escritora ya que no tengo ni la menor idea de eso. Soy escritora y me dedico en su mayoría a escribir romance, de ese que te hace soñar y creer que existe el amor, por suerte mis últimos libros han tenido mucho éxito, pero hace unos meses la editorial para la que trabajo cambió de dueño y al parecer a este hombre no le interesa mucho el romanticismo convencional. Según sus propias palabras, el público prefiere el erotismo, al romance de ensueño, por esa razón estoy aquí tratando de escribir algo menos cursi, pero definitivamente no se me ocurre nada. Tengo mi computadora encendida mientras trato de concentrarme, incluso he visto algunas páginas para aprender un poco pero todo me parece demasiado grotesco, no me convence del todo, de pronto suena mi teléfono y pego un brinco del susto, al revisarlo veo que es mi hermano. —Hola mi ratoncita de biblioteca. Pongo los ojos en blanco, mi hermano es mayor que yo, tiene 30 años y es soldado, nos vemos muy poco pero siempre me ha sobreprotegido, incluso ahora que tengo 24 años sigue haciéndolo. —Hola Elliot ¿cómo estás? —Vaya, yo saludándote muy emocionado Amber Spencer y tú matas mi alegría con un seco, hola Elliot —dice imitando mi voz por lo que sonrío. —Lo siento, tengo una historia pendiente y me está costando mucho trabajo, me siento un poco abrumada. —Para mi hermanita no hay nada imposible. Ya me enteré que vas a recibir un premio por una de tus últimas obras. —Si, estoy muy emocionada. —Me alegro, te mereces eso y más. —Gracias. —¿Has ido a ver a mamá? —Si, fui el fin de semana, estaba muy bien, de hecho muy contenta. —Que bueno. —¿Tienes fecha para regresar? —Yo creo que regresaré en unos meses pero no estoy seguro, ahora te llamo para otra cosa, necesito pedirte un favor. —Claro Elliot ¿en qué puedo ayudarte? —¿Te acuerdas de mi mejor amigo Kenneth? Por Dios, como olvidarlo, si cada vez que iba a nuestra casa yo corría a esconderme porque me intimidaba un poco. —¿Amber? —Si Elliot, claro que lo recuerdo. —Pues resulta que tuvo una herida algo grave en una pierna y es muy probable que se dé de baja. —Lo siento mucho. —Bueno, el favor que te quiero pedir es que lo dejes quedarse un tiempo en tú apartamento, no conoce a nadie ahí en Atlanta y sería difícil que esté viajando diario desde su casa para ir al hospital, además al parecer tiene una oportunidad muy buena para trabajar en la ciudad, cuando esté completamente recuperado. Me quedo pensando por un momento, no sé si podría acostumbrarme a vivir con alguien y mucho menos con Kenneth. —Amber solo será un tiempo, además trabajará la mayor parte del día. Suspiro, y me digo a mi misma que soy lo suficientemente mayor para que alguien pueda imponerme. —Está bien Elliot, puede quedarse aquí el tiempo que necesite. —Gracias hermanita, te debo una. —Una muy grande. Sonríe. —Te quiero ratoncita, no lo olvides. —Yo también te quiero Elliot, cuídate mucho por favor. —Te llamaré para avisarte cuando llegará Kenneth, porque aún no lo sabemos. —Está bien. —Bueno, portarte bien y escribe mucho. —Eso haré, adiós. Colgamos y me quedo sonriendo, mi hermano es un hombre muy guapo, alto, tiene un gran cuerpo, unos ojos claros muy bellos y cabello oscuro, creo que él saco todo lo bueno de los genes de la familia, aunque somos parecidos mis ojos son un poco más oscuros y mi cabello es más claro, no soy muy delgada pero en cuanto a mi cuerpo no me quejo, me siento cómoda. En cuanto a Kenneth trato de no recordarlo, él y mi hermano tenían mucha suerte, la mayoría de las chicas estaban locas por ellos, no había día que no fueran a buscarlos, Kenneth vivía muy cerca de nuestra casa con su padre, su madre murió cuando él era pequeño. En el caso de nosotros, mi padre se divorció de mi madre cuando yo tenía 10 años, parece que el divorcio fue también de nosotros porque jamás volvimos a saber de él, por suerte nunca lo hemos necesitado, sobre todo yo, que Elliot siempre ha estado para mi. Me pongo mis lentes de nuevo y empiezo a escribir, trataré de empezar mi historia como si fuera de romance y ya veré como le integro algo de erotismo, a ver qué le parece al nuevo jefe, empiezo con mi historia y se me pasa el tiempo volando, si mi estómago no me recuerda que no he comido yo sigo escribiendo, me hago una ensalada y me tomo una limonada. Descanso un poco mis ojos mientras estoy comiendo. Vuelvo a la computadora y antes de continuar escribiendo lo pienso mejor, la cierro y me voy a descansar, ya mañana seguiré trabajando, de igual manera no sé si me servirá lo que escribí. Me lavo los dientes y me pongo la pijama, me acomodo en la cama y después de un rato me quedo dormida. Al día siguiente me despierta el timbre de mi teléfono muy temprano pero no alcanzo a contestar, lo reviso y es un número que no conozco, así que no regreso la llamada; me doy una ducha y me pongo mi ropa cómoda de andar en casa, ósea pantalón deportivo y una enorme sudadera que está muy vieja, pero es muy cómoda. Entro al cuarto de huéspedes y empiezo a limpiarlo, aún no sé cuando llegará Kenneth pero prefiero estar lista, pongo sábanas limpias en las dos camas y abro las cortinas para que entre la luz del sol, siempre trato de hacer limpieza profunda los sábados en mi apartamento, así que hoy no es la excepción. Me preparo un enorme café y a trabajar, pongo música mientras limpio porque entre cantos y baile el quehacer se me pasa volando, cuando por fin termino, quedo toda empolvada y con los pelos de loca pero no me importa, creo que valió la pena, mi apartamento no es muy grande pero está en una buena zona, mi habitación tiene su propio baño, la sala es grande y tengo un enorme televisor, la cocina es mi lugar favorito, es grande, con mucha luz y es muy moderna; como trabajo desde casa puedo cocinar casi a diario, así que aquí paso la mayor parte del día, me gusta sentarme en la mesa a trabajar, ya que si lo hago en la sala me da tentación por prender la televisión y me distraigo. Pongo un pescado con verduras en el horno para cenar, estoy por ir a darme una ducha cuando tocan el timbre. Al abrir me sorprendo mucho, Kenneth está en la puerta con una enorme sonrisa, aún trae su uniforme de soldado y viene con una maleta. —Hola Amber —se queda viéndome de arriba a abajo sin disimular y yo vuelvo a sentir aquella vergüenza que me hacía correr a esconderme hace años, paso saliva antes de hablar. —Hola Kenneth. —Te estuve llamando está mañana para avisarte que llegaría hoy pero no me contestaste. —Lo siento, perdí la llamada y como no reconocí el número no marqué para ver quién era. Se queda viéndome y yo me hago a un lado. —Pasa Kenneth. Entra y noto como cojea un poco, aunque eso no le quita nada lo guapo que está, se ve un poco pálido, pero sigue siendo el hombre tan varonil que recordaba, es alto, su cuerpo se ve muy trabajado, tiene el cabello negro, muy corto y tiene un color de ojos muy especial, casi parecen negros, cuando sonríe se le hacen unas arrugas alrededor de los ojos que lo hacen ver muy interesante, al menos para mí, todo en él siempre ha sido demasiado interesante. —¿Aún no estás completamente recuperado? Sonríe. —No del todo, al parecer necesitaré terapias. —Lo siento. —Dentro de todo agradezco que puedo caminar. —Si es cierto, bueno vamos para que te muestre tú habitación. Me sigue con su enorme maleta, entramos a la habitación y sonríe emocionado. —Es muy grande, muchas gracias Amber por permitir que me quedara aquí, la verdad se me hacía complicado encontrar algo con tan poco tiempo, te prometo que no voy a molestarte. —No tienes nada que agradecer, el baño es la puerta de la izquierda y cualquier cosa que necesites no dudes en decirme. —Si no te molesta me daré una larga ducha, sin duda es lo que más extraño cuándo estamos en alguna misión. —Por supuesto, no es ninguna molestia, adelante —salgo y cierro la puerta, entro a mi habitación y me siento en la cama, no entiendo porque Kenneth me impone de la manera que lo hace, me doy una ducha rápida y me cambio. Cuando salgo escucho el agua de la ducha y me voy directo a la cocina. Termino de preparar la cena y pongo la mesa; después de un rato aparece Kenneth en la cocina. —¿Te ayudo? Volteó a verlo y siento que me da un poco de calor, trae ropa deportiva y el cabello húmedo. —No Kenneth, ya terminé, gracias. —Huele delicioso. —No soy muy buena cocinera pero espero que te guste. Empezamos a comer y suspira. —Pues esto está delicioso, y eso que no eres buena cocinera, no me imagino si lo fueras. Sonrío y seguimos comiendo. —¿A qué te decidas Amber? —Escribo. —¿Novelas románticas? —Si. —Siempre me pareciste una chica soñadora, así que no me extraña. —¿Elliot no te lo había dicho? —No, a Elliot no le gusta que hablemos de ti. —¿De verdad? —Si, la verdad me extrañó mucho que se ofreciera a preguntarte si me dejabas quedarme un tiempo aquí. —Bueno tal vez confía demasiado en ti o en mí. Sonríe. —Sin duda, debe de ser en ti, porque en mi no lo creo. —Me dijo Elliot que tienes pensado trabajar aquí. —Si, aunque no lo sé, no estoy seguro si darme de baja, pero tengo una buena oferta para dentro de unas semanas en caso de que lo haga, todo depende en que mi herida esté completamente curada. —¿Qué te fue lo que te pasó? —Una explosión, por suerte no estaba tan cerca de la mina que explotó, gracias a eso no fue muy grave el daño que me hizo y me salvaron la pierna. —El trabajo que ustedes hacen es muy peligroso. —Sí, pero lo hacemos por nuestro país. —Lo sé. —Además que realmente me gusta mi trabajo. —Igual que a Elliot, les gusta vivir al extremo. —Algo así, por cierto Amber me gustaría ayudarte con los gastos. —No es necesario Kenneth. —Claro que sí, no quiero sentirme incómodo. —No tendrías porqué sentirte así. —Prefiero ayudarte. —Bueno está bien, a fin de mes que lleguen los pagos que tengo que hacer, nos ponemos de acuerdo ¿te parece? —Si, mucho mejor, te lo agradezco ¿hay algo que quieras pedirme mientras vivo aquí? —Bueno sólo que no vayas a traer chicas. Suelta una carcajada. —Amber, no lo haría, créeme, aún sé lo que es el respeto ¿alguna otra cosa? —Yo trabajo desde aquí y tal vez algunas noches me escuches escribiendo hasta tarde, espero que no te moleste. —No, claro que no, incluso me gustaría leer algo de tú trabajo. —Creo que te aburrirías enseguida. —Ya veremos, déjame te ayudo a recoger los platos. —No es necesario. —Claro que sí, si no lo hago en unos días me echarás de tú apartamento a patadas. —Bueno está bien, no quiero lastimarte cuando te patee. Suelta una carcajada, recoge la mesa y lava los platos. —¿Puedo ver algo en la televisión? —Claro Kenneth, no necesitas preguntarme. —¿Vas a trabajar? —Si, al menos lo voy a intentar, la verdad se me está complicando. Me pongo los lentes y abro mi computadora, él se acerca y se sienta a mi lado. —¿Y qué puede ser tan difícil de las novelas románticas? —Bueno, en primer lugar no es tan fácil como parece, una historia tiene que tener algo que logre atrapar al lector y que lo haga sentir cada emoción que tiene la historia, incluso soñar con el amor verdadero. —Patrañas, el amor verdadero como lo describen los libros no existe. —¿Eso crees? —Por favor, eso de que llega el galán guapo y adinerado a salvar a la damisela en apuros no sucede en la vida real. —La idea de que leas es que puedas ver más allá de la realidad, soñar con ese amor que tal vez algún día llegue, en este mundo todo puede pasar. —¿O sea que tú estás esperando tú príncipe azul? Sonrío, me conformaría con un soldado herido. —No precisamente un príncipe azul, me conformo con un hombre que me ame incondicionalmente. —Bueno, ya me dio más tentación de leer ¿tienes algún libro? —Claro. Me pongo de pie y le traigo mi primer libro. —Aquí tienes, es el primero. —Vaya tiene un título interesante, amor más allá de la muerte. —Me comentas tú opinión cuando lo termines. —Claro. Empieza a leerlo ahí sentado a mi lado, trato de concentrarme pero no puedo, tener a Kenneth tan cerca me causa más bloqueo mental, muy aparte de los escalofríos que recorren mi espalda cada vez que se me acerca, sin duda su loción me nubla más que la mente y mi imaginación vuela de varias maneras, pero ninguna tiene que ver con mi nueva historia. Trato de seguir en lo que me había quedado y aunque escribo algunas páginas no me gusta el resultado, me quito los lentes y me masajeo las sienes frustrada, Kenneth voltea a verme. —¿Qué pasa? —Me duele un poco la cabeza. —Descansa y vamos a ver una película, mañana seguiré leyendo, pero oye el protagonista es el que se muere ¿verdad? —No lo sé, continúa leyendo. —Dime, no seas así, pobre chica, tan guapa y va a sufrir mucho. Sonrío. —Mejor vamos a ver la televisión, necesito aclarar mi mente. Nos vamos a la sala y enciende la televisión, pone una película y se acomoda a mi lado mientras vemos un programa de concursos, de pronto se recarga en mi hombro y cuando volteo está profundamente dormido. Aún se ve un poco débil por lo de su pierna, ni siquiera sé si todavía toma medicamentos, pero lo más seguro es que sí porque está muy reciente, me pongo de pie y se acomoda sobre el sofá, lo cubro con una manta y apago la televisión. Me voy a mi habitación y me pongo la pijama, después de que mi mente empiece a darme vueltas sobre ideas para mi nueva historia logro quedarme dormida. Por la mañana me despierto un poco tarde, me doy una ducha y cuando salgo de mi habitación me llega el olor a café. —Buenos días Amber, te preparé café y el desayuno. —Buenos días Kenneth, no tenías porque molestarte. —No es molestia, si voy a vivir aquí quiero poder ayudarte con todo. Me sirve el desayuno y me entrega la taza de café, lo pruebo y suspiro. —Vaya, está muy rico ¿cómo podías saber que así lo tomo? —Así lo toma también Elliot, con crema de coco. —Si es cierto ¿y cómo lo dejaste? —Bien, gritándole a todo el mundo y dando órdenes como siempre. —Ah, eso quiere decir que está muy bien. —Si está muy bien, no tienes de que preocuparte. —¿Fuiste a ver a tú padre? —No, quiero esperar a que mi pierna esté un poco mejor. —Yo fui a ver a mi madre la semana pasada y ahí estaba él, comió con nosotras. —¿En serio? —Si, parece que él y mi madre pasan mucho tiempo juntos. Abre los ojos muy grandes. —¿Tú crees qué? —¿Por qué no? Los dos están solos y así se harían compañía. —Tienes razón pero es extraño, tantos años de conocerse y que ahora nos digan que son pareja se me haría muy raro. —A mi no, los dos han estado solos por muchos años, es mejor que se hagan compañía. —Pues si, oye por cierto gracias por taparme, creo que estaba demasiado agotado. —¿Estás tomando medicamentos para tú pierna? —Si, aún tengo que ir al doctor para algunas revisiones. —Espero que te recuperes pronto. —Yo también, y cuéntame ¿qué haces los Domingos para divertirte? Suspiro. —En realidad mi vida es muy aburrida, cuando no estoy escribiendo me pongo a ver la televisión o a limpiar el apartamento. —Deberíamos de proponernos algo los Domingos. —¿Ah sí, algo cómo qué? —No sé, irnos a pasear, aunque sea al cine o dar una vuelta, lo importante es salir. —No es mala idea, pero ahorita no es buen momento para que camines mucho, así que tendrás que conformarte con el cine en casa. Pone cara de querer llorar, incluso hace puchero poniendo morritos, sin duda su cara me hace reír.

editor-pick
Dreame-Editor's pick

bc

Mi Sexy Vecino [+18]

read
49.3K
bc

Bajo acuerdo

read
6.7K
bc

La esposa rechazada del ceo

read
156.6K
bc

Navidad con mi ex

read
8.5K
bc

Prisionera Entre tus brazos

read
85.2K
bc

Tras Mi Divorcio

read
507.4K
bc

Yo, no soy él

read
87.9K

Scan code to download app

download_iosApp Store
google icon
Google Play
Facebook