La mujer que quiero

El corazón de Reen latía a mil por segundo, sus pies descalzos tocaron los azulejos blancos. Ella nunca había visto un piso tan limpio, estaba tan limpio que ella podía ver su reflejo sobre el, pero no sólo el piso, las paredes parecían recién pintadas de un color blanco, todo era blanco excepto los muebles de color café y los cuadros que adornaban las paredes al igual que las flores artificiales. Reen miró a su alrededor y trató de recordar que había pasado la noche anterior, ¿Cómo había llegado a ese lugar?, ¿En donde estaba?, tantas preguntas llegaban a su mente que empezó a sentir la desesperación en su interior. Corrió hacia la enorme cortina que parecía tapar una ventana y con fuerza tiró de ella. Afuera el cielo parecía muy azul y un jardín estaba cubierto de nieve blanca, era obvio que aquel ventanal era falso, pues la nieve blanca dejó de caer en el año 2065, y desde entonces el color de la nieve se volvió de un gris un poco deprimente. La puerta de la habitación se abrió y Reen pegó un brinco, tenía miedo y no sabía que esperar, una mujer entró vistiendo un traje negro impecable, su piel era perfecta, su andar era perfecto, sus movimientos parecían majestuosos, y sus ojos eran de un azul intenso. El color de sus ojos sólo le decía una cosa a Reen, Cyborg. Mitad maquinas y mitad humanos, no eran muy comunes, pero si eran una maravilla ante la sociedad. —Mi nombre es Kira, imagino que debes estar muy asustada, lo sé por tu ritmo cardíaco tan alto y por tu respiración agitada, estoy aquí para ayudarte en lo que necesites y que esté dentro de lo permitido, como…,comida, agua, ropa, entretenimiento, etc. Reen frunció el ceño y miró la puerta que estaba abierta. —Si intentas escapar tendré que someterte y puedo ser un poco brusca, no te recomiendo que lo intentes— advirtió Kira al leer las intenciones de Reen. —¿Por qué estoy aquí?. —Mi nombre es Kira estoy aquí para ayudarte en lo que necesite…. —Te entendí la primera vez— dijo Reen. —¿Quiero saber quién es tu dueño?. —No tengo dueño, tengo un empleador, lo conocerás está noche, ahora está trabajando, vístete— dijo Kira y dio media vuelta para salir de la habitación. La chica apretó los dientes y trató de recordar que había pasado….. (24 horas antes…) —Entonces mi asistente le preguntó, ¿Debo de llamar a su esposa o a su amante?, estoy un poco confundido. Tres de los cuatro hombres presentes soltaron una carcajada y solo uno de ellos suspiró en silencio. —Es un honor tenerlo aquí señor Xuen, imagino que debe de estar muy ocupado. Kai miró al hombre que se dirigía a él y asintió. —Imagina bien, pierdo mi tiempo al estar aquí—dijo él sin tapujos. Los tres hombres se miraron unos a otros y se sintieron incómodos, Kai Xuen era muy intimidante y era casi imposible mantener una conversación con él, era un hombre atractivo, alto y sofisticado, pero las mujeres le tenían miedo, su mirada era tan penetrante que todos temían que en cualquier momento él pudiera lanzar rayos láser de sus ojos, además siempre estaba acompañado de un X-97. Los X-97 eran máquinas diseñadas al combate, sabían artes marciales, manejo de armas y estaban autorizadas a matar si era necesario, en teoría eran un arma andante, y muy pocas personas tenían el privilegio de costearse un robot de esos, pero Kai Xuen podía disponer de ellos y no solo por que era pudiente, si no por que él era su creador, además eran sumamente intimidantes y las personas preferían mantener la distancia de esas bestias. Los cuatro hombres miraron en la misma dirección y sólo tres de ellos sonreían complacidos. —Que mujer tan más hermosa es la señorita Fang— mencionó uno de ellos. Reen Fang caminaba sin percatarse de las miradas que ella provocaba. Hoy había asistido a aquel evento a petición de su padre quien era un doctor retirado, Reen siempre odió los eventos sociales, en especial si asistían personas como Kai Xuen, hombres que solo se hacían ricos a costa del dolor ajeno. El padre de Reen esperaba que ella se pudiera casar con un hombre inteligente e importante. Reen era bonita, pero al mismo tiempo podía ser un poco ingenua y su padre no quería ver a su pequeña hija casada con un don nadie, y en este tipo de eventos siempre asistían hombres importantes, hombres con los que Reen debía de establecer amistades. —¡Señor Fang que alegría verlo por aquí!. Reen se detuvo al ver a la mujer que gritaba aquellas palabras llamando la atención de la gente. Reen odiaba a Yuko Li, era una mujer adulta con una lengua muy suelta, le gustaba hablar de las personas sin importarle nada. Se mantenía alejada de aquella mujer y de la conversación que mantenía con su padre y solo se limitaba a mirar sus manos, sintió un escalofrío recorrer su cuerpo y casi gritó al ver al hombre que estaba detrás de ella, se dio de palmadas en el pecho y miró furiosa a aquel sujeto, su presencia le causaba una gran incomodidad. —¿Se le ofrece algo señor Xuen?— preguntó Reen mientras miraba los ojos dorados y claros a través de los lentes que usaba Kai, sus cejas estaban inclinadas un poco hacia abajo y eso lo hacía parecer enojado, sus labios se curvaron ligeramente y muy rápido esa expresión apenas notoria desapareció de su rostro tan impecable. —¿Le gustaría salir conmigo señorita Fang?— preguntó Kai sin apartar la mirada de ella. Kai tenía memoria fotográfica, pero aún así temía no poder recordar cada detalle del rostro de Reen, así que la miraba sin siquiera parpadear. Reen no podía salir de su asombro, ¿Había escuchado bien?, parpadeo un par de veces y luego se carcajeo. —¿Está bromeando?— preguntó al ver el rostro serio de Kai. —No. Ella se quedó en blanco y después de unos segundos de procesar la información negó con la cabeza. —Ni muerta saldría con usted, no es mi tipo señor Xuen, además estoy segura que usted y yo no tendríamos nada en común. —¿Le gusta respirar señorita Fang?— preguntó él rápidamente. —Si— respondió Reen un poco confundida por su pregunta. —Ya tenemos algo en común. La chica frunció el ceño ante su mal chiste, pero conocía a Kai lo suficiente y sabía que ese hombre no tenía ni una pisca de humor. —Me refería a gustos personales—Aclaró ella. —¿A qué se refiere con que no soy su tipo?. —Usted…. —¡Señor Xuen!— dijo el padre de Reen cuando llegó junto con la señora Li interrumpiendo aquel extraño momento. Reen miró por última vez los ojos de Kai y dio media vuelta para marcharse, no quería estar cerca de ese hombre, pues ella lo odiaba con todo sus ser. El padre de Reen, el señor Dorian, trató de detenerla pero ella no le hizo caso, en realidad Reen nunca había obedecido sus órdenes, era un espíritu libre, que hacía y decía lo que ella creía correcto. —Espero que mi hija no haya sido grosera con usted— dijo el señor Dorian mientras admiraba a Kai de pies a cabeza. —Si, lo fue un poco— dijo él y miró al señor Dorian directo a los ojos, eso le causó al pobre Dorian un escalofrío interno. —P-Pues me disculpo… Soy el señor Fang, Dorian Fang, el padre de Reen— dijo el señor y estiró su mano esperando poder estrechar la mano de Kai, pero él nunca iba a estrechar la mano de aquel hombre si no era desinfectada primero, le tenía miedo a los gérmenes, tenía misofobia y Verminofobia, él mismo se había auto diagnosticado y trataba de superar sus miedos aunque era un poco difícil lograrlo. —Disfruten la velada – dijo Kai y continuó su camino…. (▪️▪️▪️) Reen miraba todos los vestidos que estaban en el closet, parecían costosos y todos eran de su medida, había zapatos de todo tipo de colores y todos le quedaban a la perfección, ¿Todo esto era para ella?, sintió un escalofrió y tomó un vestido de color negro, tomó un par de zapatos y se rehusó a usar la joyería de los cajones, y por ultimo se sujetó el cabello y esperó pacientemente en la cama, pasó un largo rato hasta que la puerta se volvió a abrir. Kira entró y miró a Reen detenidamente. —Acompáñame— dijo ella y dio media vuelta. Reen se apresuró a seguirla y mientras caminaba buscaba una manera de salir de aquel lugar, no había ventanas por ningún lado o puertas, y la ventilación estaba en el techo, estaba casi a tres metros de altura, aquel lugar se miraba sumamente impecable, había una iluminación perfecta, ni muy brillante, ni muy oscura, llegaron hasta una enorme sala, y sólo entonces Reen pudo divisar una enorme puerta, estaba por correr hacia ella cuando se quedó estática al ver al X-97 que la miraba fijamente. Era una enorme máquina que plantaba el miedo a donde quiera que fuera. —Por aquí señorita—dijo Kira y la llevó hasta el comedor, a Reen no le quedó otro remedio que ser obediente. Miró la enorme mesa de mármol con adornos florales muy hermosos. Era una mesa grande, pero solo había dos sillas, una en cada extremo de la mesa, dos asistentes entraron empujando un carrito lleno de comida y empezaron a acomodar todo, Reen sólo los miraba trabajar, los asistentes eran robots que la gente usaba para casi todo, conducían, servían como niñeros, guardaban información, ayudaban prácticamente en cualquier cosa que los humanos necesitasen, eran unas computadoras con forma humana, todos en el mundo tenían al menos a un asistente, se habían convertido en un accesorio, uno muy útil, pero no para Reen. —Tome asiento señorita—dijo Kira. —¿Qué es todo esto?— preguntó Reen. —La cena. —¡Oye tú!, asistente, quiero hacer una llamada— dijo Reen y le dio la espalda a Kira. —¿Código de seguridad?— preguntó el asistente y miró a la chica. —No me se ningún maldito código, llama a emergencias— ordenó ella con desesperación. —Lo lamento, código incorrecto. Kira la miró y habló: —Estos asistentes sólo le hacen caso al jefe, ¿Puedo hacerle una pregunta?. Reen volteo a verla y rodó los ojos. —¿Qué?. —¿No le ha gustado la joyería que escogí para usted? —preguntó la Cyborg con curiosidad.