Ella se apoyó en él, tratando desesperadamente de hablar a pesar de sus lágrimas. “Oh Wayne, fue horrible” sollozó “Había los espejos, y-y yo miraba, y-soy fea, y no tengo talento, y me merezco la forma en que él me trató. No soy apto para nadie.”
“¿Eso es lo que te dijo?”
“Es lo que vi en los espejos. Es lo que siempre he sabido. Por eso me convertí en un Soñador, para escapar.”
Wayne se puso de pie. Ella apoyó la cabeza contra su pecho, y él su mano derecha bajo su barbilla y levantó su cabeza hasta que ella lo estaba mirando directamente.
“Mira mis ojos, Janet” dijo lentamente “Mira tu reflejo allí. ¿Ves alguna fealdad, algún signo de imperfección?”
Ella vaciló, parpadeando las lágrimas. “No” dijo al fin.
Wayne la abrazó con más fuerza. “Por supuesto que no, porque no hay ninguno.
