Mirándolo a los ojos con una sonrisa tentativa, se aventuró a preguntar: "Marceau, ¿tienes... tal vez, sentimientos...?" Su momento fue interrumpido por un golpe repentino en la puerta. —¿Qué? —Los golpes habían oscurecido el final de su pregunta, dejando a Marceau confundida. —No es nada —replicó Anneli sacudiendo ligeramente la cabeza. Desde afuera, Lucas llamó a Marceau: "Sr. Remy, es hora de irnos". Marceau acunó tiernamente su rostro y le robó otro beso antes de anunciar: "Debo irme ahora". Luego abrió la puerta y salió a la oscuridad. Poco después, se escuchó el sonido de un disyuntor y la habitación se inundó de luz. Todo el encuentro fue como un sueño fugaz para Anneli. Se pasó los dedos por el pelo, molesta. ¿Realmente quería saber la respuesta a es

