*Anneli*
Miré fijamente a Marceau, que cada vez parecía más enojado.
Tenía la sensación de que no me iba a dejar ver la entrepierna de otro hombre.
La sala quedó en un silencio absoluto y todos estaban demasiado aprensivos como para siquiera respirar.
¿Estaba quizás presenciando mis últimos momentos de paz?
¿He tentado demasiado a la suerte?
Bueno, no podía parar ahora. Fue divertido empujarlo. Después de todo, él empezó esto.
—¿Señor Remy? ¿Qué dice? —Lo miré fijamente—. ¿Debo continuar con el juego? Seguiré su decisión. —Me aseguré de que mi voz estuviera impregnada de una suavidad coqueta.
Observé cómo la expresión de Marceau se oscurecía y finalmente cedió.
Avanzó en su silla de ruedas, recogió una prenda de ropa y se la arrojó a Louis.
“¡Vístete! Este e
