Romance de verano

—Por favor. —No. —Por favor. —No. —¡NATALIE, ESTOY COMENZANDO! —No. Cierro la puerta en la cara de Megan. —¡Tienes que venir! ¡Vas todos los años! ¡No será lo mismo sin ti! —¡No será lo mismo porque él también irá! —Harry no es tan malo... Abro la puerta y la miro. Ella me da esa cara de cachorro que tan bien domina. —No voy a ir si él va. Eso es definitivo. —Es solo para el verano. ¿Por qué no puedes simplemente... aguantarlo? Evítalo si es necesario, él no puede estorbar tanto —Pongo los ojos en blanco—. Vamos, es mi primo. Tal vez incluso ha cambiado desde la última vez que hablaste. Nunca se sabe. —¡Ja! Wow Meg, esa es buena —Cierro la puerta de nuevo. La abre y me sigue. —No me iré de esta habitación hasta que aceptes ir. —Entonces supongo que es mejor que te pongas cómoda porque estarás aquí un rato. Meg me mira. —¡MAMÁ! —Ella grita. Pongo los ojos en blanco. —Megan, no grites. Estoy aquí —dice la tía Liz, asomando la cabeza desde el pasillo—. ¿Qué ocurre? —Natalie no irá al lago con nosotros este verano solo porque Harry se va —dice, sonando como una niña de cinco años que acaba de chismorrear a un hermano. La tía Liz nos miró por un momento. —Bueno, creo que es una razón tonta, pero es su decisión. Tu padre y yo saldremos esta noche abasteciéndonos de comida para el viaje, así que asegúrate de llevarles a los chicos todo lo que necesiten cuando lleguen. Entonces ella se fue. Me dejo caer en la cama e ignoro a Megan. Harry Gastrell. Puaj. Solo su nombre me hace temblar. Lo último que quiero hacer es pasar todo el verano atrapado en una casa pequeña con él junto con sus otros cuatro amigos. Solo conocí a Harry una vez, antes de que se fuera a una audición de talentos. Sé que eso fue hace unos años, pero dudo que haya cambiado. La gente no cambia. En todo caso, estoy segura de que ha empeorado. La única vez que nos vimos, pasó todo el tiempo coqueteando conmigo y haciendo comentarios extraños, asquerosos y pervertidos. No lo soporto. Él piensa que es genial y que todas las chicas con las que habla se desmayan a sus pies. Bueno, yo no. Esa nunca seré yo. Diría que lo odio, pero rara vez uso esa palabra. Siento que es demasiado fuerte. Solo lo digo si realmente va en serio. Hasta ahora no odio a nadie, pero si paso el verano con Harry, eso podría cambiar. Y podría cambiar rápidamente. Todavía no puedo creer que esté relacionado con mi increíblemente increíble mejor amiga Megan. Parece que no se parecen en nada. Ni siquiera consideraría a Megan mi mejor amiga. La consideraría mi hermana. Lo sé, casi todo el mundo dice eso de su mejor amigo. Pero esto es diferente. Hace unos años mis padres murieron en un accidente automovilístico. No tenía tías ni tíos que yo conociera. Mis abuelos ya se habían ido. Era hija única y no tenía adónde ir. Megan ha sido mi mejor amiga desde nuestros días en la guardería. Nos hicimos amigos cuando la dejé jugar con mi nueva muñeca princesa Barbie. Dicho esto, estamos cerca. Más cerca que cerca. Como dije, hermanas. Cuando le conté sobre mi situación después de la muerte de mis padres, me estaba volviendo loca. El único pensamiento de dónde terminaría era en un orfanato. Definitivamente no quería ir allí. Megan fue asombrosa. Fue a ver a sus padres, que ya eran como mis segundos padres, y les preguntó si podían acogerme. Yo tenía dieciséis años en ese momento. Estuvieron de acuerdo de inmediato y me mudé a su habitación libre. Me dieron todo lo que necesitaba y literalmente me trataron como a su hija. Los llamo tía Liz y tío Dave. Básicamente me adoptaron. La familia Gastrell ha sido propietaria de una cabaña junto al lago durante años. Siempre me han invitado a ir con ellos todos los años desde que tenía siete años. Yo siempre he dicho que sí también, hasta ahora. Antes solo éramos yo, Megan, la tía Liz, el tío Dave y Ryan, si él está en casa en ese momento. Ryan es el hermano de Megan, pero normalmente viaja a los lugares más extraños. También es como mi hermano. Hablo con él cuando necesito ayuda. Hablamos mucho por Skype. Es tan protector conmigo como con Megan, y es como mi segundo mejor amigo. Puede que mi vida no sea perfecta, pero por lo que he pasado es bastante bueno. Es muchísimo mejor de lo que deberían ser las circunstancias. —Sabes que estará aquí en una hora. Yo arreglaría tu estado de ánimo antes que él. —¿Por qué? — Él siempre se las arregla para enojarme dentro de los primeros cinco minutos de todos modos. Megan pone los ojos en blanco y se va, rindiéndose. Sonrío y me conecto a Skype. Veo la cara de Ryan aparecer mientras suena la música. —Hey, chica —dice, sonriendo. Yo le devuelvo la sonrisa. —Oye. ¿Vienes al lago mañana? —No. Estoy en Italia —responde como si no fuera nada fuera de lo común. Para él realmente no lo era. Asiento con la cabeza. —Está bien. Un poco apesta. Me vendría bien alguien allí para distraerme del Sr. Soy-Famoso-Ahora. Ryan se ríe. —¿Él va? Asiento con la cabeza. —Bueno, si hace lo que hizo la última vez, llámame. Le daré un poco de sentido común —dice, guiñando un ojo. Me río—. Harry simplemente no sabe cuándo callarse a veces. Ignóralo. Aunque por lo general me escucha, así que si te pone de los nervios, haré que se detenga. Sonrío agradecida. —Muchas gracias. —En cualquier momento. Entonces, mira, estoy a punto de ir a ver este museo. ¿Nos vemos más tarde? —Sonríe esperanzado. Asiento con la cabeza. —Claro. Diviértete. Tan pronto como termina la llamada, escucho el timbre de la puerta. Gimo, sabiendo exactamente quién es. —¡Natalie! —Megan llama con una voz cantarina—. ¡Tu banda de chicos favorita en el mundo está aquí! Entrecierro los ojos y me levanto de la cama. Me acerco a la puerta y veo a Megan sonriéndome inocentemente. —Debería darte una bofetada. —Pero no lo harás. Porque me amas. Vamos —dice, tirando de mi brazo. —Espera. Saldré en un segundo. Déjame agarrar mi teléfono. Ella asiente y se va. No sé por qué, pero no puedo soportar estar sin mi teléfono. Además, usaría cualquier excusa para evitar ver a Harry. Cuando finalmente lo encuentro enterrado bajo las almohadas, bajo las escaleras. A mitad de camino escucho voces. Alguien se reía y otras personas hablaban. Cuando salté el último paso, los cinco pares de ojos se volvieron hacia mí. Doy un saludo. —Hola. La expresión en blanco de Harry se convierte en una sonrisa maliciosa mientras me mira de arriba abajo. Sus rizos castaños, ojos verdes y hoyuelos me confirmaron que no ha cambiado. Ni un poco. —Chicos, esta es Natalie. Es mi mejor amiga y mañana vendrá al lago con nosotros —dice Megan, sonriendo. La miro y mi mandíbula cae. —Um, no. No lo estoy. Me quedaré en casa mañana, lo siento. —Nah. Ella viene —me contradice Megan en un tono de voz seguro. Los chicos parecían confundidos, excepto Harry. Mantuvo sus ojos en mí, la sonrisa todavía estaba fija en sus labios. —Gastrell, deja de mirarme —le espeto. —¿Por qué? — pregunta con calma. —Porque yo lo dije, y en realidad es realmente espeluznante. —Estoy disfrutando de la vista. —¡Puaj! —Pongo los ojos en blanco y me doy la vuelta para subir corriendo los escalones. Golpeo la puerta de mi habitación detrás de mí. Es la misma persona que era hace tres años cuando lo conocí. Estas paredes son delgadas como el papel, por lo que podía escucharlos hablar a pesar de que estaba arriba. —Así se hace Harry — escuché decir a uno de sus amigos. Harry se ríe. —No es gracioso. En serio, ella no quiere ir solo por ti —se defiende Megan. —¿Es culpa mía? —Harry pregunta inocentemente. —¡Sí! — Megan ladra. Escucho pasos y un golpe en mi puerta. —Vete Meg —ordeno. Pero la puerta se abre y ella entra de todos modos. —Lo siente. —No, no lo siente. —Está bien ... tal vez no lo siente. Pero no lo volverá a hacer. —¿Él te dijo eso? —Ella permanece callada.—. Lo creeré cuando lo vea, pero definitivamente no iré al lago mañana. Lo siento. No puedes cambiar de opinión —La empujo—. Voy a ducharme. Meg suspira y baja las escaleras mientras cierro la puerta del baño y tomo una toalla del armario. —✧— HARRY Es muy divertido meterse con Nat. Ella se enoja tanto, y lo encuentro divertidísimo. Ella tiene un cuerpo caliente, ¿qué puedo decir? Pero su personalidad podría necesitar algunos ajustes. Realmente, a mí me desagrada tanto como a ella. Pero no es mala a la vista. —Bueno, felicidades Harry. No va a ir —dice Meg mientras baja los escalones. Ella se acerca y me golpea el brazo con fuerza. —¡Ay! —Es lo que obtienes —comenta Luka, sonriendo. Entonces todos los muchachos también me dan una palmada en el brazo. —¡Ya basta! —Deberías disculparte con ella —sugiere Lincoln. Pongo los ojos en blanco. —No hice nada malo. —Estabas siendo un idiota —señala Zack. —Gracias, amigo —le digo con sarcasmo. —En cualquier momento —Él sonrie. —¿Dónde está el baño? —le pregunto a Meg, desesperado por escapar de sus irritantes opiniones sobre cómo debería tratar a Natalie. —Arriba a la izquierda —responde, dejándose caer en el sofá, claramente molesta conmigo. Asiento y me levanto para buscarlo. Camino por el pasillo. ¿Dijo izquierda o derecha? Ah, bueno...