Susan- Cuando llegamos a casa de Alice la seguridad era el doble de lo esperado, claro, Paúl jamás permitiría que entráramos a interrumpir su grandiosa boda. — Y ahora ¿Cómo entramos? –le pregunto a Marcus, quien se ha estacionado a unos metros de la puerta. Solo unos minutos después alguien aparece. — Mira, ahí está solución – el pelirrojo señala a la señora llamándonos escondida entre los arbustos. Caminamos hasta ella muy a prisa, de ello dependen muchas cosas y una de ellas el futuro de Alice. — La señorita Alice, me ordenó dejarlos entrar. Pero no podrán hacerlo por la puerta principal, por favor síganme- Nos lleva por una pequeña puerta en medio del gran cerco de arbustos, casi imperceptible. — La fiesta es en la parte posterior, pasen por la cocina porque los guardaesp

