No se cuanto tiempo ha pasado desde que aterrice en Nueva York, pero el camino desde el hangar a la clínica se me ha hecho eterno, la angustia y preocupación solo han aumentado con cada segundo que pasa, es por eso que al sentir que el auto empieza a detenerse no espero a que lo haga por completo y salgo de este dirigiéndome al interior ignorando por completo mi entorno ya que solo tengo una cosa en mente y es llegar con ella.
A medida que me acerco al lugar un montón de imágenes vienen a mi mente, pero hay una que prevalece y es el recuerdo de la primera vez que la vi. En aquel momento sentí que presencia algo único, mágico y maravilloso.
Pero ahora estoy a punto de perderla y no he tenido suficiente tiempo con ella.
Una dolorosa punzada me a traviesa el pecho cuando llego al piso don
