Era un largo tiempo desde su última visita a la capital y desde la ventana Liluina miró los edificios altos, el monumento a los fallecidos en el día del atentado o la completa ausencia de carruajes.
En el tiempo que pasaron en el ducado, la ciudad había completado la transición y las calles se llenaron de coches dando lugar al tráfico y una mayor contaminación.
El hecho de usar automóviles y no carruajes era complicado al momento de bajar y caminar hacia la silla de ruedas.
Un guardia los recibió en la entrada – señor Le Mar, señora Kreigos, el rey los está esperando.
Los jardines eran más amplios, muchos árboles fueron podados y se pavimentó dejando jardineras a los costados, de las ventanas del castillo colgaban banderas azules con el emblema del reino y en todo el trayecto había lám
