Capítulo 29 Me aparto de aquella mano con guantes negros que me aprietan el antebrazo, con mi corazón latiendo. —Esta es mi hermana esposa —dice la mujer vestida de burka—. ¿Podrías por favor dejarla entrar? El guardia me mira con un aburrido desinterés. Sigue escudriñando a la multitud, sin duda buscando a alguien más espectacular que yo. —La próxima vez —murmura—, mantente con tu escolta para que no te atrapen. Inclina la cabeza hacia la brigada al-Khansaa que está rebuscando entre la multitud, sin duda buscándome a mí. Paso por debajo de la cuerda. La mujer me lleva a un círculo con otras dos mujeres y siete niños. Son manchas negras anónimas, pero la bebé rubia y blanca que lleva sólo puede pertenecer a un hombre. —¿Rasha? —susurro. —Te he estado buscando —dice. —¿Qué estás ha