Epílogo
Espero fuera de su casa. El sargento Ghuraba que disparó a Caleb en el corazón, violó a Sarah y vendió a muchísimas muchachas a la esclavitud. Sus tres esposas y trece niños corren a través de la casa de campo inglesa que robaron sin importarle nada en el mundo.
El aire se hace helado mientras la oscuridad cae y el silencio desciende sobre la tierra de los Amish. Él sale al granero donde guarda su camión, una vez lleno de ganado, pero ahora lleno de injerto. Me deslizo detrás de él como un espectro mientras sube a la cabina y arranca el motor.
La gran puerta del granero se cierra.
—¿Qué diablos? —dice en árabe.
Sale del camión y se dirige hacia la puerta, agarra el pestillo y tira con todas sus fuerzas.
Me deslizo detrás de él y le toco en el hombro.
—Bismillah —susurro mien
