LI A pesar de las esperanzas que habían inspirado a Gashford estos violentos preliminares, que indicaban en efecto que el motín empezaba a animarse, los revoltosos dieron muy pronto fin a sus hazañas, porque salió otra vez la tropa de los cuarteles y la multitud se dispersó en el acto después de una breve resistencia y de dejar media docena de prisioneros en poder de los soldados, pero sin derramarse una sola gota de sangre. En medio de su locura y de su embriaguez, los amotinados no habían traspasado sin embargo todos los límites ni se habían desmandado abiertamente contra el gobierno y las leyes. Conservaban aún un resto de su respeto habitual a la autoridad, y si el gobierno hubiera tomado medidas más eficaces para restablecer la majestad del poder, el secretario hubiese desistido por