XXVII-2

1825 Words

—Puedo fiarme de vos sin reserva —dijo el señor Chester—. Amo a mi hijo, señora, con ternura, y como lo amo tanto, quisiera apartarlo de una perdición segura. Vos sabéis algo de sus amoríos con la señorita Haredale, y le habéis apoyado, en lo cual habéis dado pruebas de vuestra bondad. Os estoy muy agradecido por el interés que por él os habéis tomado, pero os aseguro que os habéis equivocado. —Lo siento en el alma —dijo la señora Varden. —¿Lo sentís, señora? —repuso el señor Chester interrumpiéndola—. No os arrepintáis de una cosa tan amable, tan buena en la intención, tan digna de vos. Pero existen graves y poderosas razones, apremiantes consideraciones de familia, y hasta haciendo omisión de ellas, dificultades en la diferencia de religión que se oponen a sus sentimientos y hacen impo

Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD