Esclavo Sexual 2, El Aprendiz.

Mientras el vehículo se perdía con los recién casados, los familiares regresaban al hotel. Algunos fueron por un aperitivo, el novio de Korina regresó a la habitación pues había bebido más de la cuenta. La chica se quedó un rato más en la fiesta. —Korina— le llamó Hank—¿Podemos hablar?. —Claro. Ambos salieron al patio del hotel, se sentaron en una banca. —Hace tiempo que no me hablabas. Después que entramos a la universidad, en diferentes carreras— le dijo la chica. —Sí, creo que suelo cometer ese error con mis amigos, lo siento— dijo Hank—Kori, ¿te puedo preguntar algo?. —Dime. —¿Tú sabías de los sentimientos qué tenía Sam por mí?. —Me enteré antes de entrar a la universidad. Aunque siempre me di cuenta, Sam era demasiado evidente. Hank asintió. —Y tú que. No te vi en la graduación— le dijo Korina. —No pude terminar de estudiar— dijo apenado Hank—Caí en una depresión el último año, y debí congelar— suspiró—Al menos no es mucho lo que me queda. —Ya veo. ¿Pero ya estás mejor?. —Sí— le sonrió Hank—Siempre tuve miedo de estar solo, porque Sam siempre estaba a mi lado. Ayudándome, y amándome. Fui muy egoísta, y eso me costó perdonarme. Pero ya estoy mejor, y quiero iniciar de nuevo. —Eso es genial— le sonrió Korina. —Sí. Y bueno, debo emendar mi error. Hice que mis padres gastaran un dineral en tratamientos, además de la universidad. Así que quiero trabajar. —Podrías ir al restaurante-bar que estuvo Sam. No ganaba mal— le dijo Korina. —Sí, bueno, yo estaba pensando en algo con mejor remuneración— dijo Hank. La chica lo quedó mirando entendiendo hacia donde quería llegar el pelinegro. —No creo que eso resulte— le dijo Korina—Imagino que Lion dejará de tener esclavos sexuales, ahora que se casó con Sam. Ese trabajo ya no existe. —Yo no digo de esclavo sexual. Pero ahora que Sam es dueño de casa, seguramente necesitarán quién les limpie. No creo que Sam haga el aseo, para eso pueden pagar. Y yo puedo ir a limpiar, y no es necesario que me acueste con alguien. —Sí, bueno si lo dices de esa manera. Pero deberías hablarlo con Lion, o Sam— le dijo Korina. —Tienes razón. Pero no quiero molestarlos en su luna de miel. La chica lo pensó un momento. —Has una cosa— le dijo Korina—No lo llames, pero déjale un mensaje de voz. Explícale lo de tus estudios y que necesitas trabajar. Plantéaselo tal cuál lo hiciste conmigo, dudo que te diga que no. Hank asintió, dibujando una sonrisa. Estaban sentados bebiendo sus tragos. De pronto los ojos del pelinegro fueron a dar sobre el mayordomo de Lion. Frunció el ceño tratando de ponerle una edad, tal vez unos treinta y algo. Era bastante atractivo y muy serio. Seguramente tendría entrenamiento militar. De todas maneras era casi un guardaespaldas. —¿Qué miras?— le preguntó Korina, bebiendo de su trago. —Al mayordomo de Lion— le dijo Hank. —Miras a James— dijo la chica—Me dijo Sam que él era el que preparaba a los sirvientes sexuales. Hank la quedó mirando. —¿Sam te platicó de eso?. Korina se puso algo roja. —Eres su mejor amigo, así que deja que él te lo cuente— le aclaró la chica. Hank hizo un mohín. —De acuerdo, algún día se lo preguntaré. Continuaron bebiendo, mientras hablaban de otros temas. Mientras tanto, James se encontraba junto a Yamila y Carmen platicando. —¿Sabes cuándo llegará el jefe?— preguntó Carmen al hombre. —No me ha dicho— le dijo James—Sólo me pidió pasajes a Egipto, Grecia y la India. Pero que no les pusiera hora ni fecha. —Sinceramente el joven amo quería tomarse unas vacaciones hace tiempo— dijo Yamila—Yo creo que se perderá un buen tiempo. James la quedó mirando. —No sé que esperar. Ahora que firmó con los nuevos socios, deben ver el tema de las compras y demases. No sé quién se hará cargo de ello— les dijo el mayordomo—Pero yo me tengo que hacer cargo de la mansión, los terrenos y el penthouse. No puedo dividirme más. —Podemos quedarnos en la casa de Peter— dijo Carmen, aludiendo al cuidador de los caballos—Él y Domingo no tendrán problemas. —Así te ayudaremos con la mansión— le dijo Yamila. —Les pagaré horas extras— les sonrió James. La velada terminó a la medianoche. Los invitados se retiraron a sus habitaciones. Hank entró a su cuarto. Fue a darse un baño, antes de acostarse. Mientras se duchaba, pensaba en su amigo Sam y en todo lo bueno que le había ocurrido en el último tiempo. Después de tanta tristeza, al fin le brillaba el sol. Comenzó a pensar en sí mismo, y ver si algún día lograría algo. Debía empezar por terminar su carrera, y para ello necesitaba trabajar. Después de algunos minutos, salió del baño con el pijama. Se acostó, tomando su celular. Miró la hora. —No creo que estén durmiendo— sonrió—Deben estar en el comienzo de su luna de miel. Pero le haré caso a Korina, y le dejaré un mensaje de voz. "Fue difícil volver a verte. Más que nada por darte la cara en algo que yo tuve la culpa. Me costó mucho asumir que fui cruel contigo, por el sólo hecho de querer que te quedara a mi lado. Me seguiste amando, y yo te hacía sufrir. No sabes cuanto lo siento. Pero ahora te veo feliz y sé que me equivoqué, que en brazos de Lion estarás mejor que en ningún otro. El último año de la universidad lo perdí, pues estuve sumido en una depresión por mis culpas. Debí congelar el año, por lo que no pude graduarme de profesor de Ciencias. Hice que mis padres se preocuparan por mí, además de gastar un dineral en tratamiento. Siguieron pagando la universidad. Así que les dije que yo pagaría el año que me falta, y para eso necesito trabajar. Sam, sé que no estoy en posición de pedir nada, pero ¿podrías decirle a Lion si me da trabajo en la mansión?. Obviamente no como esclavo sexual, pero puedo hacer la limpieza de la casa. Piénsalo. Espero que tengan una bella luna de miel. Cuídense.". Hank dejó de hablar y apretó enviar. Aún tenían cuatro días para disfrutar del hotel, y estaba seguro que dentro de ese plazo tendría una respuesta de su querido amigo. Dejó su celular bajo la almohada y se estiró sobre otra. Era una cama bastante grande para una sola persona. Lejos de ahí, en las aguas termanles. Sam y Lion se encontraban en la habitación. Estaban desnudos sobre la cama, descansando un poco. Eran pasado de las una de la mañana. —¿A qué hora debemos levantarnos?— le preguntó Sam a su esposo. —Nos vendrán a buscar a las ocho. El vuelo sale a las nueve de la mañana— le dijo Lion, abrazándolo. —¿Y por cuánto tiempo será la luna de miel?— preguntó interesado Sam. —Bien, tenemos tres países para visitar. Así que nos iremos un mes por país— le respondió el rubio. —¿Estás seguro?. ¿No tendrás problemas con el trabajo?. —No te preocupes por cosas vanales. Mañana le enviaré un mensaje a James. Él sabrá que hacer, y también les avisará a mis padres. Así ellos sabrán que deben ver todo lo de la empresa, mientras yo esté fuera. —¿Siempre haces lo qué quieres?. —No, es primera vez. Y ahora que estoy casado, eso significa independencia total de mis padres. Si me quieren decir algo, debe ser sólo laboral. Y como parte de la empresa, también deben hacerse responsable de ella— le sonrió Lion—Ahora no hablemos más de trabajo— le susurró sobre sus labios. —Que te parece si dormimos por ahora. Apenas siento las piernas— le dijo Sam—Mañana me lo puedes hacer en una de las pirámides— bromeó el castaño. —Serán diez horas de viaje, te cogeré en la oscuridad del desierto— se burló Lion, apretándole una nalga. —Voy a venir de momia a perseguirte— le dijo Sam, mientras se tapaba con las sábanas. Lion se rió. Luego se acomodó al lado de su esposo. —Fue bueno ver a Hank— le dijo el rubio. —Sí, pero faltó hablar más— dijo Sam. —No te preocupes. Cuando regresemos a casa, podrán verse. Seguramente le gustará ir de visitas. James puede ir por él— le dijo Lion. —Abusas mucho de James— le dijo Sam. El rubio hizo un mohín. —James está para ayudarme— dijo Lion. De pronto el celular de Sam sonó, le había llegado un mensaje. —¿No verás quién es?. —Lo veré mañana— le dijo Sam—Ha sido un largo día, y estoy realmente agotado. Además debemos viajar temprano. —Sí, lo sé— dijo Lion, apagando la luz—Será mejor que descansemos. El castaño enrolló su cuerpo con el de su esposo. Lion cerró los ojos abrazando a Sam, inspiró su aroma sintiendo la suave escencia de su piel. Realmente amaba a ese lindo chico, al que fue una vez su amigo y ahora era su marido por ley. Mientras en el hotel, Hank al fin dejaba de pensar y calmó su mente para poder dormir. Esperaba de corazón tener una respuesta positiva por parte de Sam. De verdad que necesitaba de ese trabajo para comenzar de cero. Con el convencimiento en su corazón, se dejó llevar por los brazos de morfeo.