Capítulo XXVIII-3

2015 Words

Apretando los labios con mucha fuerza, Rigaud se acarició el bigote y musitó: —Caramba, muchachito, pone usted a su querida y respetable madre en una situación un poco comprometida… Por un minuto dio la impresión de que no sabía cómo reaccionar. Pero su indecisión no tardó en desaparecer. Con jactancia y en un tono amenazante, dijo: —Tráigame una botella de vino. Aquí se puede comprar. Mande a uno de sus majaderos a comprarme una. No pienso hablar con usted sin vino. ¿Qué me dice? ¿Sí o no? —Vaya a buscar lo que ha pedido, Cavalletto —dijo Arthur con un gesto de desdén y sacando el dinero. —Tú, miserable contrabandista —añadió Rigaud—. ¡Que sea oporto! Sólo tomaré auténtico oporto. Como el miserable contrabandista, sin embargo, se negó en redondo a abandonar su puesto en la puerta, c

Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD