Capítulo 2: Primer Sentimiento.

2785 Words
Después de enseñarles la universidad a los de primero, los alumnos fueron a sus salones correspondientes. Las clases daban inicio, y por la tarde tenían entrenamiento grupal. Chris se había tomado sus supresores, pero luego lo reforzó con otra pastilla más. Sabía que después de almuerzo tendría que soportar el mal olor de los Alfas sudando, eso sería una pesadilla. Pero se había dado cuenta que habían varios Omegas en los cursos superiores, si ellos pudieron seguir entonces él también podría. Sólo tenía que demostrar que era un Omega fuerte. Las clases finalmente terminaban y el timbre del almuerzo sonó. Los alumnos comenzaron a salir del salón hacia el comedor. Artemis rodeó con su brazo el cuello de Chris para inhibir el aroma de los Alfas. —Hoy cuando regresemos al dormitorio deberíamos celebrar— le sonrió Artemis—. Tengo una botella de whisky. —¿De dónde lo sacaste?— le preguntó Chris. —De la bodega de papá— le dijo el pelirrojo guiñando un ojo—. Ya sabes soy muy rápido con las manos. —Sí, ya lo escuché de alguna de tus novias. Llegaron al comedor y fueron a buscar el almuerzo, luego caminaron a una mesa y se sentaron. —Para ser el primer día, pasaron mucha materia— se quejó Artemis. —Ármate de paciencia— le dijo el Omega—. Este será un largo año y sobretodo para mí. —Oh vamos, estás con tu Beta— le sonrió Artemis—. Nadie se acercará a ti. De pronto sintieron unas risas. —Hola chicos, ¿nos podemos sentar?— les preguntó Jake. —No— dijo Artemis sin mirarlos—. Estamos almorzando, por favor no nos molesten. —Oh vamos chico Beta— le dijo Paul—. Déjenos ser sus amigos. —No gracias— les dijo Chris con tono amable—. Ya tengo a mi mejor amigo aquí. —Escucha lindo Omega— dijo Jake acercándose más—. Cuando yo digo. De pronto lo tomaron de un brazo y lo sacaron con brusquedad de encima del castaño. Christopher quedó sorprendido al ver nuevamente a ese Alfa cenizo, ¿Darien era su nombre?. —¿Cuándo tú dices qué?— le preguntó molesto Darien, apretó el brazo del contrario—. Se me va ha olvidar que ustedes son de último año y vamos a arreglar esto de otra manera. —¿El vicepresidente nos amenaza?— dijo Jake con sarcasmo—. Eso no lo verá bien el director. —El director ya sabe de los constantes reclamos por parte del cuerpo estudiantil hacia ustedes tres— les dijo Lucas—. Si continúan hostigando a los Omegas serán expulsados de Diamante. Jake, Paul y Nick miraron con mala cara a los del centro estudiantil y luego se retiraron del lugar. —Lamentamos el comportamiento de estos tipos— les dijo Lucas a los chicos—. Creen que porque sus padres dan dinero a la Universidad pueden hacer lo que quieran. —¿Nos podemos sentar con ustedes?— les preguntó Darien mirando a Chris. —Sí, por favor— dijo Artemis. Se dio cuenta que su amigo no hacía esas muecas de asco. Darien y Lucas se sentaron. —Hoy por la tarde se unirán a los primeros entrenamientos— les dijo Lucas—. Como presidente del Centro Estudiantil les presentaré a los profesores encargado de los ejercicios. —Sentirán que el primer día será terrible— les dijo Dilan—. Pero luego se acostumbrarán. Christopher miraba al cenizo sintiéndose completamente extraño, era como si en su interior creciera un extraño e incontrolable calor. Bajó la mirada algo avergonzado por sus propios pensamientos. —¿Les asignaron sus habitaciones?— les preguntó Lucas. —Sí, estamos juntos, ya que Chris es Omega y yo un Beta— le dijo Artemis. —Al menos quedó con un buen amigo— le sonrió Lucas al pelirrojo—. Se nota que cuidas siempre de él. —Hemos vivido desde pequeños uno al lado del otro, lo conozco mejor que nadie— dijo Artemis—. Así que siempre lo he cuidado. —Nacer como Omega no es fácil— les dijo Chris—. Siempre he tenido que depender de alguien para cuidarme, es bastante molesto. —Aquí te entrenarán para que puedas defenderte por ti mismo— le sonrió Lucas. Darien miró con disimulo el cuello de Christopher, el chico notó aquello. —No tengo pareja si es lo que quieres saber— le dijo el Omega mirando al cenizo, Darien corrió la mirada. —Lo siento, no quise ser imprudente— le dijo el mayor. —Más bien curioso— dijo Artemis mirando al vicepresidente—. ¿Tú tienes pareja?. —No— le dijo Darien—. Pero estoy en un compromiso por contrato. —Ah, ya veo— dijo el pelirrojo—. Es el acuerdo que hacen los padres de la mafia para cuidar sus imperios— suspiró Artemis—. Yo también estoy esperando que busquen a una Alfa. Que agotador seguir una regla de las familias. Es algo de la Era uno— se quejó. —¿Conoces a tu futura esposa?— le preguntó Chris a Darien. —No, y en realidad no me interesa. Por mí los mandaría lejos con sus leyes y control sobre las vidas. Es una pena que sean tan retrógrados— le dijo el cenizo. Terminaron de comer y salieron al patio, Lucas conversaba con Artemis de algunas cosas de los entrenamientos de la tarde. Mientras que Darien hablaba con Chris del compromiso. —¿Y tú aún no tienes pareja?— le preguntó el mayor. —Ser un Omega no es muy atractivo para las Alfas o Betas, es como si se estuvieran casando con una mujer— le dijo Chris. —Siguen siendo hombres, sólo es la casta nada más— le dijo Darien. —Esos fueron comentarios de chicas a las que yo me he declarado— dijo el castaño mirando el camino—. No es algo que yo inventé. Sinceramente me dolió saber que pensaban eso. —¿Te habías enamorado de alguna de ellas?— le preguntó el cenizo. Christopher lo pensó un momento, en realidad no se había sentido de esa manera aunque desconocía como era estar enamorado. —Creo que no— le dijo el Omega—. Es sólo que creí que alguna Alfa me querría, y no fue así. —Bueno— le dijo Darien sin mirarlo, su voz se escuchó algo tímida—. Tal vez no es necesario que sea una mujer, puede que tu Alfa sea un hombre. —¿Un hombre?— dijo algo incómodo Chris—. ¿Es por qué puedo embarazarme que no puede ser una mujer?. —Yo-no quise decir eso— se disculpó Darien—. No fue mi intención que sonara así. Christopher se quedó callado y dio un largo suspiro. —Odio mi vida, sabes— le dijo el castaño—. Cuando entré a la adolescencia y me dijeron el tipo de casta que tendía, supe entonces que mi vida sería un completo infierno. Ese día lo perdí todo. Darien lo quedó mirando. —Lo único que me salvó de no ser humillado por la sociedad fue nacer en la cuna de la mafia— dijo Chris—. Y aún así hay idiotas que me molestan. —No quise molestarte— le dijo el cenizo con voz de arrepentimiento. —Yo no lo dije por ti— le aclaró el Omega—. Es suficiente darse cuenta de los tres mosqueteros. Darien sonrió. —Sabes, creo que serás un Omega fuerte— le dijo el rubio—. Sí quieres yo puedo enseñarte golpes de defensa y a pelear. Soy uno de los mejores de la clase. Christopher lo miró y asintió. —Bien, te cobraré la palabra— le dijo el castaño. El timbre del fin de receso sonó. Los alumnos regresaron a sus salones, era hora del entrenamiento grupal por lo que debían cambiarse a la ropa deportiva. Daban las catorce treinta horas y todas las clases se encontraban en el complejo Épsilon, ahí estaban los cinco profesionales encargados de enseñarles a defenderse y atacar a sus enemigos. —Buenas tardes, para los que no me conocen soy Tristán. Seré el encargado del programa de entrenamiento para este año. Mientras el mayor hablaba y presentaba a los que lo ayudarían, Chris buscaba al cenizo de ojos ardientes. Darien se encontró con su mirada y le regaló una sonrisa. —Ustedes parecen llevarse bien— le dijo Artemis a su amigo. —No es eso, se ofreció para ayudarme a entrenar después de las clases. Una hora más— dijo Chris. —De acuerdo, cuando llegues del entrenamiento te tendré una rica comida— le sonrió el pelirrojo. Christopher le sonrió y luego continuó escuchando al profesor. —Bien, vamos a comenzar con los entrenamientos— dijo Tristán—. Los de primero vendrán conmigo. Los alumnos se separaron según su grado de curso, sólo algunos ejercicios se hacían en compañía de los mayores y esos eran los de defensa. Tristán comenzó con los movimientos iniciales para que los de primero aprendieran lo básico. Los profesores tenían una exigencia más notoria con los Omegas, pues eran a los que tenían que enseñarles con más fuerza. La idea era que pudieran defenderse sin tener que depender de alguien más, aunque los hijos de la mafia siempre estaban con su guardaespaldas personal. Lucas había dicho la verdad, para ser el primer día los profesores no tuvieron consideración con nadie y menos con los de primero. Así los alumnos sabían como serían las cosas durante los próximos años. Al terminar los entrenamientos, los profesores ordenaron que fueran a darse un baño y cenaran, Darien le pidió a Tristán que le diera una hora de permiso para ayudar a entrenar a Christopher. El docente estuvo de acuerdo, después de todo el chico era un Omega nuevo. Todos regresaron a sus dormitorios, Chris se quedó con el Alfa entrenando. —Muy bien Christopher, si quieres ser un Omega fuerte vamos a usar un entrenamiento más pesado, algo diferente— le dijo Darien. —¿A qué te refieres?— preguntó el Chris. —Para que puedas defenderte debes volverte fuerte contra los Alfas, y para eso tengo que usa mi aroma contigo. Y en lo posible "la voz". "La voz", eso era algo que odiaban los Omegas el ser sometidos bajo la voluntad del Alfa. Cada palabra que era dicha bajo ese encanto era una orden que los Omegas no podían negarse, menos en las etapas de celos, era por eso que debían permanecer encerrados. Chris estaba consciente de eso y en realidad no quería ser controlado por nadie, menos por un Alfa desconocido que sólo quisiera tener sexo. —Está bien— le dijo Chris algo nervioso pues no sabía como defenderse de aquello. Darien lo notó en su rostro. —Escucha, no debes temer, la voluntad de protegerte viene de tu propia mente. No hay nada más poderoso que tu fuerza interior. Visualiza un campo de energía que te rodee, algo así como un escudo que te proteja. El Omega asintió colocándose en posición de pelea. Y fue la gran sorpresa que se llevó Darien pues en las peleas cuerpo a cuerpo Chris era bastante bueno, y no era para menos ya que lo entrenaban desde pequeño. Pero la diferencia que había era que no lo habían ayudado a enfocar lo que era defenderse del poder de un Alfa. —Veo que sabes defenderte muy bien en las peleas cuerpo a cuerpo— le dijo Darien deteniendo un golpe—. Veremos como lo haces con esto— el Alfa comenzó a soltar sus feromonas para nublar los sentidos del Omega. Christopher sintió que sus piernas flaqueaban y se alejó de golpe cayendo de rodillas al piso, se tapó el rostro para no sentir el aroma que soltaba Darien. Levantó la vista mirando con algo de difcultad al rubio, era la primera vez que se sentía de esa forma. A diferencia de los otros Alfas, las feromonas de Darien no le provocaban naúseas si no que excitación, una extraña y calurosa sensación que le recorría su parte baja. —Chris, debes bloquearme— le decía el Alfa acercándose más—. El olor debe ser muy nauseabundo, debes bloquearlo. El pelinegro tenía las mejillas rojas y su respiración comenzaba a dificultarse, trataba de retroceder pero el aroma de Darien le tenía las piernas paralizadas. Se dio cuenta que en una situación así, si aquel Alfa fuera malo y usara la voz ya lo tendría a su merced. —¿Chris?— le llamó Darien al ver su rostro rojo, dejó de usar las feromonas—. ¿Tienes fiebre?. —N-no, yo— el castaño no podía hablar, realmente estaba perdiendo la cordura tendiendo tan cerca al Alfa. —¿Chris?— Darien levantó una de sus manos y le retiró las manos de la cara para verle bien el rostro. De pronto la mirada del Omega se oscureció y aquellos ojos violetas se vieron más lacivos. Y no lo vio venir, Darien quedó de espaldas sobre el piso con el castaño encima. —¿Chris?— le dijo el Alfa completamente desconcertado tratando de alejar al chico. El aroma de las feromonas aún seguía impregnado en su nariz, las orbes violeta se centraron en los labios del cenizo. El mayor frunció levemente el ceño y nuevamente liberó sus feromonas pero esta vez usando su voz. —Aléjate de mí— le dijo con voz molesta Darien, pues era la única manera de hacer reaccionar al Omega. Chris sintió como las palabras le atravesaban el corazón y le hacían sentir un fuerte dolor que le enfriaba el alma. El chico se alejó abruptamente y unas lágrimas de dolor rodaron por sus mejillas, le dio una mirada triste al Alfa y luego salió de ahí a toda carrera. Darien no pudo decirle nada, se sintió fatal hablarle de esa manera pero se había sentido en la obligación de hacerlo o su lado Alfa habría actuado de forma descontrolada. Por su lado Christopher había olvidado por completo que era un Omega corriendo por una escuela llena de Alfas. Sin embargo el dolor tan agudo y extraño que le hizo sentir Darien lo mantuvieron en alerta, por lo que no tardó en llegar al edificio de los dormitorios. Subió al ascensor. Al bajar se dirigió a la puerta y metió la llave, entró. —Llegaste temprano— se escuchó la voz de Artemis saliendo de la cocina—. ¿Qué tal te, ¡¿por qué estás llorando!?. El pelirrojo se acercó y lo tomó del rostro. —¡¿Qué te hizo ese idiota?!, ¿te pegó mucho?. ¿Abusó de ti?. ¡Lo voy a matar!— gritó Artemis. —N-no— le dijo apenas Christopher. El Beta no entendía nada, tomó a su amigo y lo sentó para hablar más tranquilos. —Explícame para entender que pasó— le dijo Artemis. Chris tomó aire y se calmó. —Darien y yo estábamos entrenando. De pronto usó su aroma de feromonas para bloquearme y que yo aprenda a defenderme de ello— le explicó el pelinegro. —Entonces el aroma era asqueroso— le dijo Artemis. —No— dijo Chris sonrojándose—. Su aroma me excitó. El pelirrojo se quedó con la boca abierta pues era primera vez que su amigo le decía algo así. —Entonces yo me abalancé sobre él— continuó Chris. —¡¿Qué?!. —Y pues él trató de sacarme de encima y usó "la voz" para pedirme que me alejara de él. Y fue eso, sus palabras calaron profundo en mí, dolieron como un frío puñal— le dijo el castaño—. Y no entiendo porque dolieron. Artemis miró a su amigo y dio un largo suspiro. —Realmente tienes una suerte enorme— le dijo el pelirrojo—. Si hubieses estado con otro Alfa, no lo cuentas dos veces. Darien es bastante fuerte para ser un Alfa, está muy bien entrenado. —¿A qué te refieres?— preguntó Chris secándose las lágrimas. —Lo que Darien hizo sólo fue para protegerte— le sonrió Artemis—. Ahora ve a darte un baño, tengo la cena lista. El Omega hizo caso y se fue a duchar. Estaba agotado y algo confundido por la aclaración que le dio su amigo.
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