Fabrizio
Entre caricias y besos, nos hicimos unos sándwiches. La verdad era que cada vez me sentía más cómodo con ella, aunque tuviera que camuflarme y “fingir” una identidad, para no comprometerla, por el momento. Hasta eso me gustaba…. Éramos como dos adolescentes que se aman pero que los padres de la chica no aprueban la relación y se ven en secreto… todo era mágico. Ella, sus sonrisas, toda su existencia, era mágica.
- Amor… (le dije apoyado en un árbol, con ella sentada de espaldas a mí, apoyada en mi pecho, mientras mirábamos la luna)… ¿ves la luna? (asintió, al tiempo que besó mi otra mano, la cual estaba sobre su rostro, acariciándolo)… quiero que cuando me necesites, mires la luna… ella me avisa y estaré junto a ti… (la besé)
- ¡Te amo! (volteó y se acomodó, quedando frente a
