Letizia Jamás pensé que pudiera existir tal felicidad. Si bien a veces se hacían un poco tediosas las explicaciones de por qué mi “novio misterioso” aparecía siempre sin que se viera su cara en las fotos y no se aparecía a las reuniones de la oficina, me resultaba divertido poder mantener aquel juego juntos, por su bien y por el mío. Verlo trabajar jamás volvió a ser lo mismo… la magia que él tiene al negociar grandes contratos es única, pero tener la posibilidad de acompañarle en ese mundo que compartíamos, lo hacía el doble de mágico. En la Universidad me iba de maravillas y en ese medio mes que llevábamos de novios, ya había experimentado unas cuantas cosas bonitas y productivas para mi carrera, y sobre todo, había tenido oportunidad de lucirme con mi consultoría en PIRELLI, con lo