Letizia
No tenía frío, solo me había adaptado al calor de los brazos de Fabrizio y nada podía igualarlo, por eso temblaba. Por eso y porque me daba cuenta de que no le había podido decir todo lo que quería decirle.
Estaba confundida por sus aptitudes, pero comprendí que él no quería incomodarme, y que estaba pasando por las mismas incertidumbres que yo. Para él no debía ser fácil comprender que su fama era el principal problema para que yo le diera la oportunidad que me pedía. Para mi… para mí no era fácil entender que precisamente una persona como él, se fijara en mi, a pesar de lo humano y común que era.
No nos dijimos nada, pero de vez en cuando, tomaba mi mano en los semáforos y me brindaba su calor, sin saber que lo único que despertaba en mí, era más confusión y miedo. Miedo de vo
