Leticia El aprieto en el que me puso Didier fue muy grande, pero no por mí, sino por él. Acostumbrada a trabajar rodeada de hombres, aprendí hace rato a hacer oídos sordos a los comentarios sobre la ropa, el maquillaje y tal… pero mi reacción fue para proteger a Fabrizio. Él se había encargado de dejarme claro que no soportaría esas situaciones cuando peleamos, de hecho, fue uno de los puntos cruciales de nuestra separación, y no quería que pasara por eso… Como experiencia, la cena fue muy buena, aunque algo aburrida. De todos modos, tanto Dante como Ferrari y el resto de los socios trataban de incluirme en los temas a tratar, pues había dejado claro el presidente que “yo debía estar al tanto de todo”, y quería además, que aprendiera ciertas cosas acerca de la dirección del club… El día