VERGÜENZA Cuando me armo de valor y al fin decido volver al colegio, las miradas de los presentes no se hacen esperar. Me miran mal, me miran con deseo algunos incluso. Eso me hace sentir un poco sucia, sin embargo, cuando siento a Elder detrás de mí, todos apartan la vista y aparentan hacer otras cosas. Le tienen respeto y a la vez miedo. Elder me toma de la mano, así que lo miré sin entender. —Tú y yo tenemos cosas de qué hablar, Amara, ven conmigo —me hace caminar a la par suya. No encontré a Flavia por ningún lado así que no pude decirle que me iría con Elder. Salimos al parqueadero y nos montamos en su auto. —No te preocupes por las fotos, me encargué de eso. Nadie se atreverá a mencionarlas después de hoy. —¿Qué hiciste? —lo miré, aún llevaba puesta su chaqueta que me qued