No sé cómo mi padre puede soportar acostarse con alguien que no desea, porque estoy seguro de que lo habrá hecho más de una vez sin flaquear, aunque tampoco lograba saber cómo pude soportar estar con Camille anoche terminando en su recámara con el mayor asco del mundo, quizás recordar mis encuentros con Mik me ayudó en gran medida, pero ahora que había despertado recordando lo ocurrido, eran mis ganas de escapar lo único que se apoderaba de mí. —¿Te vas tan pronto? —¿Por qué a mí? ¿Por qué se tuvo que despertar justo ahora? —Sí, tengo un compromiso importante. —Quédate un poco más y luego vas por tus compromisos —sus brazos me acorralaron en lo que yo intentaba dar con mi ropa, pero al ritmo al que iba era lógico que no me soltaría. —Sabes que no me gusta llegar tarde, pero nos veremos