Birmingham, Inglaterra – Días después A veces me pregunto si tengo una maldición como mi padre, solo que la mía es tener que soportar tantos obstáculos en cada ámbito de mi vida, y lo peor es que no he conocido el verdadero amor; sin embargo, es en esta ocasión que tengo que culpar al par de idiotas que me abordaron en el dormitorio con la petición más descabellada. —¡Están mal si creen que haré eso! ¡¿Y no se supone que deberías estar en la India arreglando tu compromiso y de paso el problema que dejaste aquí con tu novia embarazada?! —Gracias por el recordatorio, pero no era necesario, mis padres lo hacen cada minuto del día —lanzó Akshay con la misma furia que yo. —Sigo sin entender qué haces aquí. —Liberarme de todos mis problemas y para eso necesito que hagas lo que dijimos, así