Sueños Salvajes

Seguí mi camino por el oscuro bosque como todas las noches desde que cumplí veinte años. Los arboles con sus hojas susurrantes me miraban mientras el viento me guiaba hacia mi destino. Pero no tenía miedo, no, sabía que mi destino de ojos negros nunca me dañaría porque él tenía como la vida fluía por mi cuerpo. Entre tanta oscuridad, la luna era la única fuente de luz, blanca y hermosa. Sentía su energía, me llenaba de vitalidad mientras seguía mi camino. Me observaba con calma, esperando mi llegada al lugar tan ansiado. Las hojas crujían bajo mis pies mojados pero aun así, sin frío. Mi vestido blanco se movía al compás de mi cabello en la misma dirección que las hojas apurándome. Como cada noche, el camino terminaba en un hermoso claro escondido en la profundidad del bosque. El pasto verde se balanceaba delicadamente con el viento celebrando mi llegada. La luna brillaba como nunca reflejando su luz en el arroyo que atravesaba tal belleza, contenta de que llega al lugar donde pertenece. Caminé entre la hierba hasta la gran roca junto al arroyo y esperé. Como cada noche el viento paró de soplar, las hojas dejaron de susurrar y brillantes ojos negros salieron del bosque para encontrarme. -Te estaba esperando. –Susurré. Y todo se desvaneció.  Estire el brazo para apagar la bendita alarma que no paraba de chillar cortando mi sueño en la mejor parte. Siempre pasaba lo mismo, en el mismo momento, después de decir las mismas palabras. Uno pensaría que después de dos meses de soñar lo mismo algo cambiaría, pero no. Todas las noches era lo mismo y estaba cansada. Necesitaba saber por qué mi mente noche tras noche repite la misma escena. Mis padres que no eran muy supersticiosos decían que simplemente tenía alguna escena de película que no recordaba bien, dándole la más mínima importancia. Pero yo sabía que era algo más, algo fuera de este mundo. Estoy segura de que mis sueños tienen un significado y solo necesito interpretarlo para entender el mensaje. Desde pequeña sentí esa conexión con todo lo que es sobrenatural, sabía que no pertenecía a esta vida simple y cotidiana. Mi destino estaba allí afuera y lo iba a encontrar.