- Un lobo...mitad lobo. - Digo bajito. Lo miro sin expresar emoción alguna. Él retuerce sus manos en su regazo y suspira. - Di algo, por favor. - Susurra. - Es que...no sé qué decir. Esto...me has tomado por sorpresa. - ¿Tienes miedo?, sabes que yo jamás te haría daño. - No tengo miedo...solo estoy sorprendida. Déjame asimilarlo...esto es...demasiado. Debería estar huyendo del terror pero sin embargo no es así. Es todo lo contrario, me atrae aún más. ¿Será que estoy quedando loca?, SIP, seguramente. - Si ya no quieres estar aquí yo puedo... - Lo corto. - No me iré a menos que me lo pidas. - Nunca lo haré. - Nunca digas nunca. - Él se acerca y me da un corto beso. - No podría dejarte jamás...iría detrás de ti aunque fuera la última cosa que hiciera. Sonrió por las to