La tensión en el lugar se acrecienta a medida que empezamos a comprender la situación. Leilah abre los ojos en toda su extensión y comienza a boquear sin decir absolutamente nada; a diferencia de Marcus, que parece una bombilla de navidad por lo rojo que está, despotricando en contra de mi hermano. Puedo entenderlo perfectamente, en estos momentos tengo ganas de golpear a mi hermano, ¿cómo se le ocurrió ser tan descuidado? Y no solo eso, Gina luce perdida y afligida, lo que significa que algo realmente malo había pasado y esto apenas es el comienzo. Se lo había advertido, que no se involucrara con ella si no estaba dispuesto a seguir hasta el final, pero claro… no me escuchó para nada y ahora tenemos esta engorrosa situación. Estoy seguro que este va a ser solo el comienzo para el

