Un nuevo giro Laure y Josie estaban en la sala de espera, mientras que Lucía había sido llevada a un cubículo de consulta y esperaba volver a ver al médico que la había examinado. Las dos mujeres se miraban con hostilidad y, tras un profundo suspiro, Josie se resignó a agradecer a la abogada. —No tiene que agradecerme, no hice nada extraordinario. —Hmm, al mismo tiempo —analizó la joven—, su intervención matutina precipitó su estado. —¿Está bromeando? Su malestar era inevitable, se habría producido de todos modos. Josie asintió. Quizás fuera cierto después de todo. Lucía no había comido mucho en los últimos días. Luego, entrecerrando los ojos: —¿Forma parte de una agencia de cobros? Porque no lo parece. Coche con chófer, ropa a medida, joyas, bolso de marca… —Soy abogada —dijo Laur