Confesiones de Giuliani
Vincenzo tenía que enfrentarse a su abuelo hoy. Había hecho todo lo posible por evitar esta confrontación, sumergiéndose como nunca en su trabajo y alejándose de Italia. Creer que eso habría sido suficiente para estar tranquilo, era una utopía.
El anciano se había enterado de que Lucía se había marchado, pero ignoraba por qué. Vincenzo no quiso decirle nada hasta que tuviera pruebas certeras de la traición de Don Marco.
El asistente de este último había llamado varias veces al teléfono que Lucía había olvidado. Le había dejado mensajes de voz y cada vez era lo mismo: le decía que su abuelo estaba bien y que regresaría pronto.
El joven se preguntaba por qué no era Don Marco quien hablaba directamente con su nieta. Era realmente extraño que usara a su asistente pa
