Hechos el uno para el otro Lucía salió del mausoleo y se dio cuenta de que su esposo no estaba donde le había dicho que la esperaría. Al barrer los alrededores con la mirada, lo vio hablando con una joven, apartados. Al observar con más atención, tuvo la impresión de reconocer el rostro de esa persona. No, no podía ser… ¿No podía estar allí? Celia, su supuesta media hermana, a quien había visto en la foto del expediente que le había mostrado Vincenzo. No tuvo tiempo de hacerse más preguntas, cuando, entre sollozos, esa chica se arrojó contra su marido. Si le hubieran echado agua helada a la joven en ese instante, probablemente no lo habría sentido. Su corazón, ya muy afligido, recibió el golpe de gracia. Incapaz de soportar ese espectáculo, optó por desviar la mirada. "No significas nad