Horas después El día ha sido agotador, me duele la cabeza, estoy mareada y ni mencionar que me muero de hambre, pero no es para menos. Entre toda la información que me ha dado Alberto esta mañana, pasarme el día de junta en junta, y resolver los diferentes frentes que está enfrentando la empresa; ha sido demasiado para mí, sobre todo si sumamos el embarazo. Apenas entramos a la casa, voy directamente hacia el salón y me siento sobre el sofá y apoyo mi cabeza sobre el respaldar. Cierro los ojos intentando relajarme, cuando de pronto siento sus manos sobre mis hombros haciéndome masajes desde atrás del sofá y sonrió. —Uhmmm… esto es lo que necesitaba —comento. —Estás muy tensa hermosa —lo escucho decirme. —No doy más, te juro que ha sido uno de los días más difíciles de los últimos mes