Me levanté de mi lugar y seguí a la doctora fuera de la cafetería, justo a un jardín no muy lejos de ahí, donde se podía ver un manto blanco que lo cubría todo o mejor cinco, nieve que lo cubría todo y que desgraciadamente había matado a las pocas plantas vivas que quedaban en ese lugar. Era imposible que algo continuara con vida después del frío que había estado haciendo últimamente.
—¿Qué es lo que sucede?—exprese algo desconcertada, no solo por la forma en que fue por mí a la mesa donde aún me encontraba disfrutando de mis alimentos, sino también por el semblante que tenía, era como si hubiera visto un fantasma— ¿Por qué tanto misterio?
—Disculpa—expreso metiendo sus manos en el interior de los bolsillo de su bata médica— debo salir por la tarde, así que pensé que debíamos hablar ante
