Abro los ojos y la última escena que guardó mi mente se reproduce una y otra vez haciéndome entrar en pánico. El hombre que se encuentra dormido frente a mi es el mismo que estaba con Maya en la playa. Esto no puede ser nada bueno.
Busco con la mirada algo que me pueda ayudar pero no hay nada a la mano. Estoy perdida y no me quiero imaginar la angustia de Caleb.
—Eres tan transparente, tan diferente a tu hermana. –murmura y yo me congelo en mi sitio–, puedo apostar que estás pensando en él, ¿No es así? En qué tal vez está preocupado por ti pero no te preocupes, Maya está supliendo tu lugar.
»Bueno, en realidad está tomando su lugar, porque la farsante aquí eras tú, pero ya no tendrás que hacerlo. Maya volverá a tomar su lugar aliviando un poco la carga que debes llevar.
¿Maya volvi
