Su boca responde a mi beso de una manera que deshace todos mis miedos y solo me empuja a besar un poco más, tanto que la respiración nos empieza a faltar a los dos. Siento sus manos en la parte baja de mi cuello y como sus dedos se enredan en mi cabello mientras que tomamos un respiro y sonreímos sobre los labios del otro —Dime que todo esto no me está pasando a mi sola— Me pide en un susurro. Respiro profundo, y me pierdo en su mirada gris —No le puedo negar que me siento irremediablemente atraído por usted, pero entiéndame, que todo esto no es fácil para mi— Le explico y ella me vuelve a besar. —Lo sé, y no te pido que me digas que me amas y que imaginas un futuro conmigo, solo te pido que no te niegues a esto que nos pasa— Explica y no puedo evitar tomarla de la cintura. —Tengo miedo

